Jackson Hole
El coste económico de bajar demasiado rápido la inflación no es asumible, y menos cuando los precios apuntan en la dirección correcta aunque no sea al ritmo previsto
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Iniciar sesiónLos banqueros centrales, un año más, cumplieron con la tradición y pasaron unos días en Wyoming paseando y comentando como veían las cosas. Es un encuentro que entre otras cosas cumple un papel importante que es darnos algo de carnaza a los comentaristas ... económicos en esta época del año en la que normalmente –y mejor que así sea– no hay mucho a lo que hincarle el diente.
Y pasó lo que tenía que pasar, no hubo sorpresas. Dijeron lo que tenían que decir para luego hacer lo que tengan que hacer que es lo único que podemos exigir a los banqueros centrales. No cerrar puertas y mantener todas las alternativas encima de la mesa. Un difícil juego en el que los responsables de la política monetaria son maestros.
«Si usted me ha entendido es que yo no me he explicado bien» es una famosa respuesta que dio Greenspan a un periodista hace ya unos cuantos años que resume muy bien la longitud de onda de los banqueros centrales.
Y aunque todavía no estén tranquilos con los niveles de inflación actuales, son conscientes de que no pueden ir mucho más lejos a riesgo de frenar en exceso la economía. Mantienen un lenguaje duro (hawkish) para anclar las expectativas pero van a ir mucho más allá. El coste económico de bajar demasiado rápido la inflación no es asumible. Y menos cuando los precios apuntan en la dirección correcta aunque no sea al ritmo previsto.
El reafirmarse en su objetivo de inflación a largo plazo se puede interpretar de muchas maneras. En cualquier caso, lo que evidencia es que es un tema que está en discusión. No es el momento procesal para sacarlo fuera de la discusión técnica pero es algo que en algún momento del próximo futuro habrá que tratar. No podemos ser rehenes de una cifra –en este caso el 2%–. Hay razones teóricas más que de sobra para revisar al alza ese límite sin que suponga ningún riesgo para la estabilidad económica. Entretanto, los mercados seguirán muy atentos a las cifras macro que se vayan conociendo y la interpretación que podamos hacer de las mismas. Entre otras cosas servirán para llenar esta página.
¿Las 7 algo menos magníficas?
Puede parecer algo repetitivo hablar otra vez de estas siete compañías americanas –Apple, Microsoft, Google, Amazon, Tesla, Nvidia o Facebook– pero es lo que sigue moviendo al mercado. A día de hoy representan tres cuartas partes de las ganancias del S&P500. Esto no es nada nuevo. La novedad es que en las últimas cuatro semanas han perdido en bolsa 700.000 millones de dólares de valor en bolsa que puede parecer mucho –porque entre otras cosas lo es, prácticamente la mita del PIB español– pero que en porcentaje ha sido solo un 6% por el descomunal tamaño agregado de estas siete compañías, lo que ha supuesto una caída del 4% del índice americano.
La novedad son estas cuatro semanas de caídas consecutivas tras haber publicado resultados mejor de lo esperado en el segundo trimestre de este año. Por lo que toca plantearse si se trata de un alto en el camino o el principio del final.
Hay que recordar que gran parte de las subidas de este año han sido por lo que en el argot se llama expansión de múltiplos y no por el incremento de los beneficios. El múltiplo sobre los beneficios por ejemplo de Tesla (60 veces) ha triplicado este año, mientras que el de Apple (28) estaba por debajo de 20. En cierta medida, el mercado está una vez más poniendo el carro antes que los bueyes y lo que parece demostrar lo que hemos visto estas últimas semanas es que al mercado cada vez le valen menos las expectativas y empieza a exigir realidades.
Los beneficios son los que deberían coger el relevo. Y eso es lo que está por ver. La publicación de resultados de Nvidia la fabricante de chips la semana pasada puede ser también buen ejemplo del momento del mercado. Los resultados fueron mejor de los muy buenos resultados esperados. Sin duda como en la fiebre del oro, los que se benefician son los fabricantes de palas y picos. Pero ni siquiera esos resultados sirvieron para que siguiera subiendo en bolsa. En el caso de las seis magnificas restantes, la consecución de resultados no va a ser tan evidente. Como lo interprete el mercado de aquí en adelante constituye sin duda una de las claves del mercado de los próximos tiempos. El primer aviso lo acaba de dar.
Vuelta al cole
Las vacaciones tienen muchas cosas buenas y algunos dicen que una de ellas es que se acaban. El mercado no se va de vacaciones y los que nos dedicamos a esto tenemos en el recuerdo más de un mes de agosto infausto pero quien más y quien menos se ha alejado del día a día de los mismos estas últimas semanas.
En los próximos días a medida que vayan recordando la contraseña del ordenador y repasando la bandeja de entrada del correo electrónico se irán dando cuenta que los huesos con los que está el mercado son más o menos los mismos. Los tipos de interés –no, Jackson Hole no ha resuelto gran cosa este año–, el comportamiento de la bolsa americana, o la recesión que no termina de llegar son los temas a los que seguimos dando vueltas.
«La que se nos viene encima» es el augurio que como el verano pasado se ha repetido como una letanía en los chiringuitos de España. Y es sabido que los relojes parados dan dos veces bien la hora en el día pero tampoco este año parece que las cosas en el caso de la economía española se vayan a poner mal. A pesar de las malas sensaciones que por lo menos algunos podamos tener por la cosa política, lo que los números indican es que la economía española es de las que más se está beneficiando del nuevo paradigma económico que se ha impuesto tras el Covid. Y la zozobra política que tenemos tan presente por aquí, preocupa poco o nada por allí fuera. De hecho, ha tenido más repercusión en las cabeceras internacionales lo del presidente de la federación de fútbol que nada de lo que ha pasado en la política nacional desde el 23 de julio.
Así las cosas, y aunque a muchos les pueda sorprender, las dinámicas de los mercados en este final de año van a seguir siendo las mismas que las de los primeros meses. Lo van a seguir haciendo bien lo que lo había hecho mal en un entorno de tipos bajos y al revés, mal lo que mejor lo había hecho. Pueden añadirse un par de matices. El final del ciclo de subidas de tipos va a permitir fijar una referencia de valor en el sector inmobiliario que debería trasladarse a las compañías cotizadas. Y si continuara lo que hemos visto estas últimas semanas con las conocidas como siete magnificas americanas, la película en la bolsa americana podría ser otra bien distinta. No adelantemos acontecimientos. Aquí estaremos los lunes para tratar de ayudar a esclarecerlo.
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