España va mejor

El turismo, con temporadas más largas que se traducen en mucha menor estacionalidad; el ladrillo, con una oferta que es claramente inferior a la demanda; y las exportaciones, donde destacan las de servicios no turísticos, son los tres sectores que mejor lo están haciendo y sobre los que se apoya el crecimiento diferencial.

Además, no parece que el mejor comportamiento sea algo coyuntural por lo que el mejor comportamiento tanto en absoluto como relativo debería continuar en un entorno en el que el resto de economías también empiezan a recuperar algo de tracción de la mano de unos tipos de interés que empezaran a bajar en algún momento y la recuperación de la renta disponible.

Tras años en los que la economía española ha sido de las peores de la clase, todo parece indicar que tocan años en los que probablemente seguiremos destacando por las nuevas dinámicas que han emergido en el mundo pos-Covid -turismo- y por el enorme ajuste que se ha producido en la economía española desde la gran crisis financiera, lo que le hace estar en un punto de partida mejor al de sus comparables europeos.

Con los datos que tenemos hasta ahora, la economía estaría creciendo al mismo ritmo que el último trimestre del año pasado, lo que supondría crecer por encima del 2% en 2024, claramente por encima del crecimiento esperado para la zona euro.

Aunque el ruido político es ensordecedor, todo indica que nos encontramos en los primeros compases de un nuevo súper ciclo de la economía española -el tercero de estos últimos 45 años- que podría coger todavía mayor impulso si se redujera la zozobra política. Esto es solo cuestión de tiempo. El Gobierno actual está en una huida hacia delante que no tiene visos de llegar muy lejos. La buena noticia es que la economía ha emprendido su camino al margen de la política. Todavía será mejor cuando las aguas de la política vuelvan a su cauce. Toca repetir aquello de que justo antes del amanecer es el momento más oscuro.