El incremento de las importaciones de gas ruso y argelino tensan el sistema gasista español
Nuestro país recibe gas de una decena de orígenes, pero más del 56% del total procede de Argelia y de Rusia
Las centrales de gas están garantizando el suministro eléctrico en las olas de calor
La planta de El Musel (Gijón) recibió hace unos días el primer buque metanero de Endesa
Argelia volvió a ser el mes pasado el primer exportador de gas natural a nuestro país, con 9.106 GWh, el 28,7% del total (31.702 GWh). Nuestro vecino norteafricano ha recuperado así el liderato que le arrebató en junio Rusia, país que ... se mantiene muy cerca, en el segundo puesto, con 8.764 GWh, el 27,6%.
Esto supone que más de la mitad de las importaciones de gas en julio (56,3%) procedieron de dos países rodeados de incertidumbres geopolíticas que pueden generar cierta inseguridad al sistema gasista nacional a pesar de que el gas que llega a España procede de una decena de orígenes distintos, como por ejemplo Estados Unidos, Nigeria, Francia, Qatar, Portugal, Trinidad y Tobago, Angola, Noruega, Indonesia y Mozambique.
En julio, según las estadísticas de Enagás, el gestor del sistema gasista español, el 64,7% del gas importado llegó en buques en forma de gas natural licuado (GNL), es decir, en estado líquido a -160º por cuestiones de espacio y de seguridad. El 35,3% restante vino por gasoductos, casi todo desde Argelia y un poco desde Francia y Portugal.
Hay que recordar que las importaciones de gas desde Rusia no han sido aún vetadas por la UE, como sí sucede desde hace meses con el petróleo y sus derivados. Además, el gas ruso que llega a nuestro país responde a los contratos firmados por empresas privadas, como Naturgy, que deben de cumplir. Habitualmente estos contratos a largo plazo son de la modalidad 'take or pay' o de compra garantizada, es decir, que el comprador debe de pagar el gas comprometido aunque no lo consuma.
El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, ya dijo en febrero pasado que «no había ningún motivo« para romper el contrato que tiene la compañía para importar gas natural de la península de Yamal, en Rusia. Explicó que en dicho contrato participan otros socios, en concreto un consorcio chino (Cnodc y Road Silk Found) y la francesa Total. Además, apuntó que es «vinculante» hasta 2042. «Naturgy se distingue por cumplir sus compromisos y llevarlos a término hasta las últimas consecuencias», subrayó. El contrato firmado en 2013 era de 3 bcm anuales (miles de millones de metros cúbicos) durante 24 años.
Advertencias de la comisaria y de la ministra
Reynés hizo estas declaraciones porque conocía la opinión de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, de apelar a las energéticas españolas a que diversifiquen las fuentes de suministro de gas natural licuado (GNL) y prescindan del procedente de Rusia. Para ello, Ribera mandó semanas después una carta en ese sentido a once compañías energéticas y principales comercializadoras españolas de gas natural. Días antes, la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, había hecho un llamamiento similar para que no se firmen nuevos contratos de suministro de gas natural ruso una vez finalicen los actualmente vigentes. Sin embargo, la Comisión Europea no ha amenazado aún con ningún tipo de sanciones.
Ribera manifestaba en esa carta que «si bien es cierto que no se han adoptado medidas sancionadoras por la UE que establezcan una prohibición legal a este respecto, considero que es necesario unirse en esta petición de la Comisión y apelar a las empresas españolas para que intensifiquen la diversificación de los contratos de suministro de gas natural licuado y prescindan de los procedentes de Rusia».
Cabe recordar que el primer buque con gas ruso que llegó a España fue en junio de 2017. Denominado «Fedor Litke» en honor al geógrafo y explorador del Ártico, realizó un viaje de once días desde Siberia hasta la terminal de Reganosa en el puerto de Mugardos (La Coruña). Allí descargó 172.600 metros cúbicos de gas adquiridos por la entonces Gas Natural Fenosa, ahora Naturgy.
Si los suministros desde Rusia se mantienen, lo mismo sucede con el gas procedente de los yacimientos argelinos de Hassi R'Mel, uno de los más importantes del mundo, a través del gasoducto Medgaz que llega hasta las costas de Almería.
Conflicto argelino-marroquí
El descarado acercamiento del Gobierno de Pedro Sánchez a Marruecos ha provocado un enorme malestar en Argelia. Este país ya cerró en noviembre de 2021 el gasoducto del Magreb que transportó gas durante 25 años a través de Marruecos hasta Tarifa (Cádiz) para castigar a sus vecinos evitando que cobren unos 200 millones de dólares al año como peajes.
La mayor parte del gas que recibe nuestro país desde Argelia ha sido adquirido también por Naturgy. Además, en este caso, el vendedor es la empresa pública Sonatrach, que asimismo es accionista del grupo español.
Ambas partes están ahora renegociando los precios del gas suministrado en 2023 tras hacer lo propio con el de 2022, lo que suele ser habitual.
Mientras, España está echando más leña al fuego de Argel al permitir el paso de gas desde Tarifa a Marruecos por el tramo que no fue cerrado por Argelia. Ese gas es adquirido por Marruecos en los mercado internacionales y lo utiliza para las dos plantas de ciclo combinado que tiene, una de las cuales está gestionada por Endesa. Actualmente están llegando 840 GWh cada mes.