El despiste europeo
La economía europea no es lo que era. Está estancada coqueteando demasiado tiempo con la recesión
Daños colaterales (24/10/24)
Volkswagen no es una empresa cualquiera. Es un símbolo de la industria alemana, que es la bandera de la industria europea, que es el sector clave de la economía de la UE. Bueno, pues ahora cambien el tiempo del verbo y allí donde pone 'es' ... ponga 'era'. La economía europea no es lo que era. Está estancada coqueteando demasiado tiempo con la recesión. La industria europea no es lo que era, está abrumada por las consecuencias de unas políticas insensibles a la realidad, ideologizadas hasta el extremo, ciegas ante una situación competitiva profundamente asimétrica. Volkswagen no es lo que era. La vemos hoy sumida en una crisis que hubiese sido impensable hace pocos meses y que se enfrenta a retos inauditos en forma de ausencia de capacidad competitiva, motivada por políticas que hemos asumido de manera inconsciente e irresponsable. Sus ventas en Europa han caído en dimensión de cientos de miles de automóviles y se tambalea un grupo con diez marcas y docenas de plantas en todo el mundo.
Los problemas a los que se enfrenta la empresa son muy graves. Afectan a tres plantas y a los salarios de cientos de miles de trabajadores sobre los que penden la amenaza de los despidos. Los sindicatos acusan a la dirección de fallos en la estrategia. Seguro que los ha habido, pero cuando la situación es tan general y afecta a tantas empresas en tantos lugares, hay que buscar otro tipo de razones. No hay que ir muy lejos para encontrarlos. Cuando todo el mundo se protege, Europa es un oasis de libertad para las importaciones. Cuando todo el mundo lamina sus compromisos de emisiones, Europa se muestra intransigente en los plazos, a pesar de los fracasos en los logros. Cuando todo el mundo se integra en grandes mercados, Europa se fragmenta en unidades mínimas. Cuando todo el mundo desregula y liberaliza trámites administrativos, Europa se convierte en un coloso de la intervención y el control.
Hace meses, Josu Jon Imaz, con su clarividencia habitual, se preguntaba si no estaríamos haciendo el 'canelo'. Hoy vemos que lo hacemos y empezamos a ver el coste del despiste estratégico. Lean los informes realizados por Draghi y Letta. Allí encontrarán los diagnósticos. ¿Las soluciones? Esas son muy complejas, porque afectan a los comportamientos sociales generales, mucho más que a las decisiones gubernamentales particulares.
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