Nueva crisis, nuevas claves
«Guerra de divisas» o economía virtual
Los países concluyeron que para salir de la crisis debían mejorar sus exportaciones. Para favorecerlas, no pocos decidieron intervenir en el tipo de cambio de sus monedas devaluándolas —devaluación competitiva—, porque una moneda débil permite a un país ... colocar mejor sus productos en el extranjero. Esta medida evita además la deflación. Pero genera también una competencia desigual e irreal y un crecimiento económico de los países desequilibrado, perjudicando sobre todo a las economías de los países que no controlan ni «manipulan» su divisa.
«Manipulación» generalizada
China, que no está dispuesta a revalorizarsu moneda, lleva años manipulándola para favorecer su comercio exterior y cumplir su megaproyecto de crecimiento económico. También Japón, aunque con pocos resultados, intervino directamente su divisa. Otros países lo hacen de manera más sutil, emitiendo más dinero a través de sus bancos centrales para reducir indirectamente el valor de la moneda: es el caso de EE.UU. o Reino Unido. De hecho, en los últimos días los inversores se han lanzado a la compra de dólares, sabedores de que el billete verde cotiza con descuento.
Juego limpio de la Unión Europea
La «guerra de divisas» la han desatado los países emergentes para poder crecer más rápidamente, y EE.UU. o Reino Unido, que han decidido jugar con esas mismas reglas. Sin embargo, esa batalla está perjudicando sobremanera al en principio jugador «neutral», la UE, que ni directa ni indirectamente ha tocado los tipos de cambio de la moneda única. El Banco Central Europeo es partidario de la libre fluctuación para no distorsionar la economía y los mercados. Por eso el euro, frente a otras monedas, está al alza.
Una batalla de insolidaridad
Lo han advertido ya todas las autoridades internacionales: la «guerra cambiaria» genera, además de una peligrosa volatilidad en los mercados, un desequilibrio en el comercio internacional, un obstáculo para la recuperación económica, sobre todo de los países que cumplen con las reglas del juego. La devaluación competitiva está beneficiando las exportaciones de quienes la practican, que ya de por sí son además, como el caso de China y EE.UU., muy productivos. Perjudica, en cambio, el comercio en los países que no «manipulan», como los de la zona euro.
El euro, hoy, sobrevalorado
Si el yuan, el dólar o el yen se mantienen en niveles bajos, la moneda única se la lanzado hacia arriba en las últimas fechas, revalorizándose tras meses tocando suelo. El euro rompió el jueves la barrera de los 1,40 dólares y en esas cifras se movía todavía ayer. Los analistas coinciden en señalar que ese valor no se ajusta a la realidad económica y que el euro está ahora sobrevalorado, como consecuencia de esa «guerra de divisas». Aunque los expertos aclaran que depende de la coyuntura de cada momento, el euro debería volver a los 1,20 dólares.
Cambio de rumbo hacia el consenso
Coinciden los máximos organismos internacionales, entre ellos el FMI, el Banco Mundial, la OCDE y el Banco Central Europeo, en señalar al culpable de esta crisis cambiaria: las políticas proteccionistas de los países, que se han ido alejando del acuerdo global y anticrisis que salió en 2009 de cumbres internacionales como el G-20 de aquella fecha. Las autoridades exigen volver a ese espíritu, retomando la cooperación mundial en política monetaria y dar vía libre a la fluctuación de las monedas.
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