Las comunidades energéticas dan una nueva luz a la competitividad industrial
Este nuevo paradigma de generación y distribución compartida a partir del autoconsumo fotovoltaico comienza a abrirse paso en polos y polígonos fabriles
España alumbra el camino de la nueva generación de soluciones renovables
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Iniciar sesiónEn tiempos de transición ecológica, han ido surgiendo en España distintos proyectos de comunidades energéticas una vez que la UE dio el derecho a los consumidores a organizar el reparto de la electricidad propio y a poseer, establecer, adquirir o arrendar redes de distribución ... y gestionarlas autónomamente. Si bien a nivel jurídico hay todavía aspectos que resolver y mejorar, las comunidades energéticas han proliferado entre vecinos, a nivel local, después con la participación de los ayuntamientos y ahora han despertado el interés de las empresas. De ahí que cada vez sea más habitual conocer nuevos proyectos de comunidades energéticas industriales los cuales dan respuesta a dos problemas, el ecológico y el económico.
El grupo Enercoop tiene como misión promover y democratizar el acceso a la energía renovable y desde hace tres años desarrollan comunidades energéticas partiendo de un proyecto propio en Crevillente (Alicante), al que consideran «un laboratorio de innovación que luego aplicamos en otras localizaciones», cuenta Joaquín Mas, director general de Enercoop. Hace poco más de un año lanzaron una línea de servicios con soluciones de autoconsumo fotovoltaico para empresas industriales y pusieron en marcha una comunidad energética en el sector de la alfombra.
Joaquín Más resalta el hecho de que la energía «es un factor de riesgo y antes no lo era. Por eso todos han empezado a echar cuentas. Tienes que empezar a ver cómo lo resuelves. Los polos industriales tienen mucho sitio para los paneles solares. Es algo muy normal, un pensamiento inevitable, y van a ir surgiendo muchos más proyectos, según se vayan poniendo de acuerdo, porque necesitan abaratar costes». Para explicar una comunidad energética Más recurre a la imagen de un huerto urbano. «A ese trozo de parcela al que acudimos se le llama coeficiente de participación en la comunidad energética. Se produce energía de forma centralizada y a cada miembro le asigno una porción de la energía. Además, hace falta un agente promotor de la comunidad energética y decidir cómo se hace la inversión siendo el modelo más desarrollado el de pago por uso», resalta el director general de Enercoop. En la mayoría de los casos, «o existe aportación económica inicial, se busca una entidad financiera que presta el dinero y se va devolviendo».
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Sector a la cabeza
En las comunidades energéticas tienen cabida tanto ciudadanos como pymes y administraciones, con un régimen de adhesión abierta y voluntaria. «Hay comunidades energéticas que nacen en clave de la ciudadanía y otras en clave industrial», aclara el director general de Enercoop. Por su experiencia cree que son las cooperativas del sector agroalimentario las que más potencian estas comunidades, porque «cuentan ya con un modelo muy social y desde el punto de vista tecnológico casi todas las instalaciones se basan en tecnología solar fotovoltaica».
Desde la Asociación para la Transición Energética consideran muy positivo la existencia de proyectos como las comunidades energéticas, dado su impacto en el cambio hacia un mundo más verde. «Cualquier comunidad es algo bueno, sobre todo por el hecho de que los usuarios de la energía adopten un papel activo y no meramente receptivo», resalta su presidente, Antonio Cordón. Reconoce que hay una ebullición de proyectos en este campo pero alerta de la importancia de contar con buenas infraestructuras. «A nivel particular, de vecinos, está aumentando mucho y ya en el tema industrial es algo más complicado. Las industrias necesitan energía a unos niveles en potencia, intensidad, duración, están en otro nivel», puntualiza Cordón. Además hay muchas diferencias entre unas industrias y otras, con mayor o menor necesidad de energía, pero cree que la clave está en «llegar a acuerdos con las super estructura del sistema eléctrico para que haya beneficios de ambas partes». Cordón cree que las empresas son conscientes de que las energías renovables son intermitentes y la industria debe saber planificarse. «Cada vez más industrias se plantean que una parte de su suministro sea a través de ellos mismos y con las comunidades energéticas se reparte el riesgo», añade.
Proyectos pioneros
En Manresa el polígono industrial Bufalvent es conocido por el alto grado de cooperativismo que existe entre los empresarios, quienes cuentan con una asociación desde los años y han llevado a cabo distintos proyectos en conjunto. Fue el ayuntamiento de esta localidad el que solicitó un recurso para valorar la capacidad de generación de energía fotovoltaica que tenían las cubiertas del polígono así como el consumo energético de cada empresa. «Llegamos a la conclusión de que había empresas con mucha cubierta y poco consumo y al revés, algunas no lograban generar todo lo que consumen», explica Montserrat Ambrós, gerente de la asociación de empresarios de Bufalvent y también secretaria del consejo rector de la cooperativa Manresa Ilumina. Después fue el momento de ver la viabilidad económica del proyecto, y con el precio de la energía muy alto (hace ya unos meses) los números eran realmente favorecedores. Fue entonces cuando se optó por crear esta comunidad energética con 31 pymes que ya llegan a las 40. «En todo este tiempo hemos aprendido mucho y hemos ido cambiando de rumbo. Comenzar la comunidad con 31 socios fue muy complicado, es algo que deberíamos haber hecho diferente, pero ahora resulta mucho más sencillo para las nuevas incorporaciones», resalta la gerente.
No era fácil que encajasen los intereses de todos, porque «unos socios generan energía, otros solo consumen, otros alquilan las cubiertas…», explica. A la vez que se está poniendo en marcha el proyecto han solicitado una ayuda al IDEA que engloba no solo la parte de energía solar fotovoltaica sino también la eólica y la eléctrica. «Estamos super ilusionados y apasionados con el proyecto porque encaja con nuestra finalidad de asociación, de compartir», afirma Ambrós. Ya tienen garantizada la financiación de la comunidad energética, valorada en 1,2 millones, por una entidad financiera y los socios deben invertir solo el 10%. La ayuda que han solicitado es de 2,3 millones para poder abarcar el resto del proyecto. A finales de año esperan tener todas las placas instaladas.
La Comunidad Energética Urtinsa en el municipio de Alcorcón es uno de los más recientes proyectos en este campo, que ha surgido como una herramienta transformadora hacia una actividad industrial más sostenible. Se trata de una iniciativa promovida por la Empresa Municipal de Servicios de Alcorcón (ESMASA). «Esta empresa municipal se ha convertido en la pionera en potenciar iniciativas de autoconsumo de renovables en polígonos industriales, liderando así este proceso en alianza con empresas privadas», afirma Jesús Santos, teniente de alcalde y presidente de Esmasa. «Además, la iniciativa tiene un enfoque abierto y participativo para todas las empresas próximas del área industrial de Urtinsa, que busca apoyar la transición hacia un modelo energético más sostenible a través de la participación comunitaria empresarial», añade.
Descarbonización
Se trata de un proyecto clave para el avance de la implantación de las energías renovables en las áreas industriales con el que se pretende conseguir un mayor grado de autosuficiencia energética, reducir la factura de la luz (los costes energéticos) y caminar hacia una descarbonización de la actividad industrial de las empresas del municipio.
Tal y como explica el responsable, este proyecto contempla entre otras actuaciones el despliegue, de una manera gradual, de una red de instalaciones fotovoltaicas propiedad de la comunidad, «que conviertan a Alcorcón en referente de la reducción de la dependencia energética frente a la inestabilidad del mercado eléctrico a la vez que fomenta la creación de empleo, estimulando el desarrollo de negocios locales relacionados directa o indirectamente con el sector de las renovables». Inicialmente se pretende además incorporar en el proyecto el almacenamiento de energía eléctrica en baterías y la implantación de una infraestructura de recarga de vehículos eléctricos que fomente la movilidad sostenible en el municipio.
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