¿Cómo afecta el cambio de hora a las facturas de la luz y del gas?

Desde entonces se han producido muchas novedades técnicas -como las tarifas horarias-, regulatorias y fiscales por lo que actualmente se puede afirmar que retrasar una hora los relojes el domingo apenas repercutirá en el consumo de electricidad y de gas en nuestro país. Y aunque haya un aumento de la demanda de luz y gas, se compensará con los actuales precios a la baja.

Solo hay motivo por el que las facturas podrían encarecerse ligeramente, y es porque al anochecer antes, en teoría es una hora más de consumo de luz y de gas que casi compensa la hora que amanece antes. Decimos que 'casi' porque a primera hora de la mañana el consumo doméstico de energía es menor si lo comparamos con el mayor consumo nocturno. Es decir, por la noche gastamos un poco más en luz y en gas de lo que podemos ahorrar al amanecer antes.

El ahorro energético no depende, afortunadamente, del cambio de la hora. De hecho, la Unión Europea aprobó suprimir este mecanismo en 2021, pero sus países miembros no se ponen de acuerdo en qué uso horario se fijaría. De hecho, el BOE publicó en marzo pasado las fechas (en marzo y en octubre) en las que se cambiará la hora desde este año y hasta 2026.

Ese ahorro viene determinado, en el caso de la electricidad, por las tarifas y las potencias contratadas y los hábitos de eficiencia energética, como las bombillas led. En el gas, también depende de los precios establecidos en los contratos y de la tarifa regulada o TUR, cuyo incremento está limitado por la legislación.

Precisamente, este cambio de hora llega en un momento en el que miles de consumidores de gas están intentando dejar el mercado libre y acogerse a la tarifa regulada o TUR, que es hasta tres veces más barata que el precio fijo durante un año que ofrecen las comercializadoras de ese mercado.

En el tema de los precios, cabe destacar que la electricidad cuesta esta semana la mitad que en las mismas fechas del año pasado. Ahora está en unos 108 euros el MWh de media y hace justo un año superaba los 200 euros el MWh. En cuanto a la tarifa regulada o pvpc, actualmente está entre los 0,11 y 0,25 euros el kWh y hace un año oscilaba entre los 0,20 y los 0,30 euros el kWh. Sin embargo, la TUR del gas se ha encarecido un 47% respecto a hace un año (0,0606 euros el kWh de la TUR 2 frente a los 0,0412 euros en el último trimestre de 2021).

Y abarcando a ambos sectores está la climatología, fundamental en la demanda energética. Por ejemplo, si hace frío, aumentará el consumo de luz y de gas. Si hay viento, bajarán los precios de la electricidad porque la generación eólica es barata.

Además, este otoño e invierno se ven afectados colateralmente por la guerra en Ucrania. Si llega el frío y hubiera escasez de gas en la UE, los precios subirán y se encarecerán las facturas. Nada que ver con el cambio de hora de este fin de semana.

Otra cuestión que deja en anecdóticos los efectos del cambio de hora son las medidas aprobadas por el Gobierno para abaratar las facturas de luz y de gas, como las rebajas del IVA del 21 al 5% y del impuesto sobre la electricidad del 5,11 al 0,5%, el límite al precio del gas que se utiliza para producir electricidad -la denominada 'excepción ibérica'-, la ampliación de los descuentos en el bono social eléctrico y el aumento del bono social térmico y la también rebaja del IVA del 21 al 5% en la leña y pellets.

Desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) explican que no han realizado estudios, avances ni trabajos relacionados con el cambio de hora en los últimos años. El informe más actual lo elaboró la comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo en 2018. Dicho informe señala que, aunque los cambios estacionales de hora pueden producir ahorros, estos son marginales, y que no hay certeza de que los beneficios se obtengan en todos los estados miembro. También indica que, aunque puede haber ahorros de energía en iluminación, no es tan evidente que ocurra lo mismo con la calefacción, que podría incluso aumentar su consumo. Además, los resultados son difíciles de interpretar ya que están influenciados por factores externos, como la meteorología o el comportamiento de los usuarios.

El IDAE explica que en España no existen informes actualizados que permitan asegurar que el cambio de hora lleve asociados ahorros energéticos. El último dato es de 2015 y en ningún caso se ha analizado el impacto del cambio de hora en un contexto como el actual. Los estudios de cambio horario requieren de un análisis prolongado en el tiempo para evaluar situaciones estacionarias. Asimismo, las nuevas exigencias de eficiencia energética en iluminación, en los sistemas de climatización y en los propios edificios, así como la progresiva introducción del autoconsumo, alteran significativamente los análisis que originalmente se utilizaban para calcular estos datos.

Añaden que conviene recordar que el cambio de hora se aprobó en una época distinta a la actual con hábitos de vida que podrían afectar en mayor medida al consumo energético. Sin embargo, la actualidad atiende a otra realidad, por ejemplo, laboral, que se ha de tener en cuenta: las jornadas de trabajo han cambiado y el teletrabajo se ha ido extendiendo, lo que hace que las rutinas de la ciudadanía no coincidan tanto como antes en el mismo espacio-tiempo.

Y subrayan que en el actual contexto existen mecanismos más relevantes que el cambio horario a la hora de lograr ahorros energéticos: la sustitución de luces y aparatos por alternativas más eficientes, asegurar que la potencia contratada y la tarifa eléctrica que tengamos contratada es la adecuada para nuestras necesidades, así como siguiendo pautas de ahorro en casa y la empresa.