Las 'big tech' se aferran a la IA en medio de la tormenta bursátil desatada por Trump
La apuesta por los algoritmos debería ser el escudo de los gigantes del Nasdaq en un contexto global anegado de incertidumbre, pero el reto es convertir la inversión en ingresos sostenibles
2025, el año en el que el ciclón tecnológico encontrará un dique ético y sostenible
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Iniciar sesiónLa incertidumbre se ha instalado en el sector tecnológico. La guerra comercial de Trump, el temor a una recesión en EE.UU. y las tensiones con China han pasado factura a las grandes multinacionales tecnológicas. Así, el Nasdaq ha caído casi un 10% en el ... último mes, arrastrando a gigantes como Alphabet (-11,57%), Tesla (-15%) y Nvidia (-20%), mientras que Microsoft también ha registrado pérdidas. A pesar de este clima adverso, las grandes corporaciones estadounidenses siguen apostando fuerte por la inteligencia artificial (IA), viendo en ella una herramienta clave para mantener su competitividad y hacer frente a la volatilidad económica.
En este contexto de incertidumbre, las grandes tecnológicas están enfrentando serios retos para aplicar la IA, apunta Javier Cabrera, analista de mercados. Apple sigue un paso atrás en esta carrera, intentando integrar la IA en su hardware sin depender de terceros, pero el balance sigue siendo flojo, con las ventas de iPhone a la baja. Cabrera subraya que la acogida por parte de los consumidores no ha sido la esperada, lo que deja a Apple en clara desventaja frente a sus competidores. Por el contrario, Microsoft ha logrado tomar la delantera con Copilot, que ha mejorado la productividad de sus usuarios y ampliado su uso a otras áreas como la nube, aunque el crecimiento en este segmento esté frenando por la maduración del mercado, explica el experto.
En el caso de Tesla, la apuesta por la conducción autónoma la mantiene a la cabeza, destaca Cabrera. La compañía utiliza la IA para procesar grandes volúmenes de datos y actualizar continuamente sus sistemas, lo que la posiciona como referente en esta tecnología. Aun así, muchos inversores siguen enfocados en aplicaciones llamativas como los chatbots, cuando el verdadero valor de la IA radica en su integración en productos. Meta es un buen ejemplo, usando la IA para segmentar mejor los anuncios y optimizar la rentabilidad. Cabrera advierte que, si los beneficios siguen cayendo en 2025, los accionistas podrían exigir una reducción del capex, como ya ocurrió en Meta en 2023.
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No obstante, no todo son desafíos. Algunos expertos consideran que la IA aún ofrece áreas estratégicas donde puede marcar la diferencia, incluso en tiempos de incertidumbre. Para Jaime Bofill, socio de Herbert Smith Freehills Spain, las grandes tecnológicas tienen ante sí cuatro ámbitos clave en los que la IA puede ser decisiva. Uno de ellos es la optimización de procesos y la eficiencia operativa, especialmente en sectores como la energía o la farmacia. También resalta el campo de la salud, donde ya hay avances significativos, aunque aún no llegan al gran público. A esto se suman la creación de contenidos y las interacciones virtuales, incluida la robótica.
Más allá de identificar áreas estratégicas, los analistas también coinciden en que la apuesta por la IA no se frenará a corto plazo. Christophe Pouchoy, gestor de fondos en Echiquier Artificial Intelligence - La Financière de l'Échiquier (LFDE), considera que las grandes tecnológicas seguirán invirtiendo en IA durante 2025, motivadas por la necesidad de desarrollar nuevas funciones y hardware que integren esta tecnología. Nvidia, Broadcom y Marvell están experimentando una fuerte demanda de chips, aunque persisten retos importantes, como la limitada capacidad de los centros de datos y la escasez de GPUs de IA, que ya está afectando a proyectos como los de OpenAI. Si el contexto macroeconómico empeora, algunas empresas podrían reconsiderar su gasto.
Pero el verdadero desafío no es solo mantener la apuesta por la IA, sino convertir estas inversiones en ingresos sostenibles. Amadeo Alentorn, gestor del fondo Global Equity Absolute Return y director del equipo de renta variable sistemática de Jupiter AM, señala que el reto de las grandes tecnológicas en 2025 será lograr rentabilizar las cuantiosas inversiones en IA. Mientras Nvidia seguirá apostando por el hardware para afianzar su liderazgo en semiconductores, otras compañías podrían optar por diversificar hacia aplicaciones más prácticas y comercializables. Además, el panorama se complica con la irrupción de startups como DeepSeek o Mistral, que están desarrollando modelos más eficientes y menos costosos, poniendo presión sobre los márgenes y forzando un replanteamiento estratégico.
Sin embargo, el contexto competitivo no se limita solo al ámbito empresarial. La competencia geopolítica añade más presión. Para Amadeo Alentorn, el auge de plataformas como DeepSeek en China supone una amenaza real para el liderazgo de EE.UU. en IA. La creciente autonomía tecnológica china y las restricciones comerciales están impulsando la creación de ecosistemas paralelos, lo que podría debilitar el dominio estadounidense y afectar el negocio de gigantes como Nvidia y Microsoft.
A esta presión geopolítica se suman los desafíos internos de Estados Unidos, relacionados con el talento y la inversión en innovación. El liderazgo estadounidense en IA enfrenta crecientes retos ante el avance de China, coinciden Gustavo Martínez y Pablo Gil. Martínez, profesor de finanzas de la Universidad Francisco Marroquín, destaca que, aunque EE.UU. mantiene el liderazgo en talento, innovación y regulación, las sanciones sobre semiconductores han incentivado el desarrollo propio en China, que progresa en modelos de IA y hardware alternativos. Por su parte, Pablo Gil, economista y analista de mercados, advierte que los recortes en financiación pública en EE.UU. están provocando una fuga de talento hacia países con mayores incentivos, lo que podría debilitar la posición estadounidense a largo plazo.
En el desembarco de la IA actores como Microsoft o Tesla están en mejor posición que otros como Apple
En este contexto económico y geopolítico incierto, la política monetaria de la Reserva Federal añade otra capa de complejidad para las grandes tecnológicas estadounidenses. Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad, advierte que la última decisión de la Fed refleja un giro inesperado en las previsiones económicas, con un aumento de la inflación del 2,6% al 2,8% y una reducción del crecimiento a entre el 1,6% y el 1,9%. Aunque no se puede hablar de recesión, el riesgo de estancamiento es evidente y podría impactar negativamente en las bolsas tecnológicas.
Según Del Pozo, la Fed ha optado por una postura prudente ante el riesgo de una guerra comercial global, especialmente si se suman posibles recortes fiscales y efectos colaterales en los salarios por políticas migratorias impulsadas por Trump.
Por su parte, Agustín Baeza, responsable de asuntos públicos de Trescom, considera que el enfoque regulatorio impulsado por Trump podría generar ciertas ventajas competitivas para las grandes tecnológicas estadounidenses. La mayor flexibilidad normativa les permite experimentar con aplicaciones previamente restringidas, lo que acelera la innovación y abre nuevos mercados. Sin embargo, el riesgo reputacional ante posibles fallos sigue siendo significativo, por lo que las empresas que adopten marcos voluntarios de transparencia y ética algorítmica podrían consolidarse como referentes en un mercado cada vez más consciente de estos riesgos.
De cara al futuro, Javier Cabrera, analista de mercados, considera que la volatilidad que atraviesan las grandes tecnológicas es completamente normal en el contexto bursátil. Recuerda que el S&P 500 suele registrar caídas del 5% al 10% unas tres veces al año, y de hasta el 20% cada seis años. Aunque algunas de las «siete magníficas» cotizaban a múltiplos disparatados, ya se observan valoraciones más atractivas en empresas como Alphabet. Por ello, Cabrera ve posible que los índices estadounidenses cierren el año en verde, pese al ánimo volátil de los inversores.
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