El Banco de España avisa de una desaceleración salarial a pesar del crecimiento de la economía

Las proyecciones del supervisor anticipan otro alza del 2,6% del PIB por el consumo de las familias y la inversión de las empresas, impactadas por el coste de la energía en los precios

El consejo del Banco de España designa hoy al nuevo economista jefe entre López Salido y Nuño

Las grandes cifras macroeconómicas seguirán creciendo a lo largo de los próximos meses incluso por encima de lo que se esperaba hasta ahora, pero el día a día de las familias se verá condicionado por unos sueldos que subirán cada vez con ... menos fuerza. Son las dos grandes conclusiones extraídas del informe de proyecciones del Banco de España, que ha actualizado todas sus estimaciones ofreciendo un contexto favorable pero mucho más matizado si desciende al bolsillo de cada hogar.

Las estimaciones de trazo grueso del supervisor, capitaneadas por Galo Nuño, el director general adjunto de Economía tras varios cambios de calado en la cúpula del gobernador, José Luis Escrivá, pasan por una mejora en el Producto Interior Bruto (PIB), que crecerá un 2,6% este año, dos décimas más de lo esperado hasta ahora. Aunque ese alza ya será del 1,8% en 2026, con un motor de combustión que, aunque no falla, se ve influido por el contexto internacional y el ritmo que baja en comparación con los últimos ejercicios.

Esa ralentización con una "desaceleración progresiva" de la economía, según Galo Nuño. El consumo interno y la inversión serán los pilares que marquen el alza del PIB. Pero la realidad es que habrá un menor crecimiento del consumo doméstico a partir del próximo año se explicaría por una caída progresiva en el ritmo de crecimiento de las rentas, que se ve compensada con un mayor uso de los ahorros para mantener su consumo. Es decir, se tirará de la hucha para hacer frente el día a día con unos ingresos menores.

"Esperamos una cierta caída frente a los altos niveles de ahorro actuales", sostiene Nuño, que apoyará al consumo. No se prevé que la tasa de ahorro caiga por debajo del 10%, una de las cotas que se superó ampliamente con la pandemia, pero sí retrocederá. Habrá más impacto en las rentas laborales: su tasa de incremento bajará del 7% por primera vez desde la pandemia por un menor dinamismo del empleo y de los sueldos.

Después de varios semestres con crecimientos de los salarios por encima del 4% o del 5%, en el primer tramo de 2026 ese crecimiento será del 3,5%, aproximadamente mientras que en la última parte del próximo año será ya inferior a la cota del 3%. En cualquier caso las rentas laborales, que también incluyen la creación del empleo, no perderían poder adquisitivo en 2026, a la espera para saber si definitivamente superan todo el terreno perdido con las dos últimas crisis, la de la pandemia y la de la inflación derivada de la invasión rusa de Ucrania, que mermó los bolsillos de los españoles.

De hecho, el Banco de España advierte de la evolución de los costes laborales, con un "punto de tensión" y riesgos que pueden afectar a la economía. "La desaceleración futura de salarios puede condicionar la inflación si siguen sin moderarse", indica el supervisor en su informe. Y este aspecto se encuentra especialmente vinculado a la productividad, que sigue descendiendo trimestre tras trimestre, un estancamiento que afecta a la economía.

Menos tipos de interés

Las últimas previsiones de la economía han mejorado tras el verano por dos aspectos clave: el consumo de las familias y la inversión que realizan las empresas. La caída paulatina de los tipos de interés durante los últimos meses ha tenido mucho que ver con la posibilidad que tienen los hogares y los empresarios para acometer nuevos proyectos en el sentido más amplio del término. Los ciudadanos han apostado con más fuerza por las hipotecas para adquirir vivienda, con un euríbor que cada vez está más cerca del 2%, lo que facilita las cuotas de estos préstamos inmobiliarios; por realizar más compras en su día a día, tras un verano de precios en máximos, gracias a la bajada del coste en el crédito al consumo; y para que muchos negocios se lancen a realizar nuevas operaciones con unos intereses que ahora son más digeribles.

Sin embargo, hay dos factores que influyen negativamente en las previsiones del supervisor y que ejercen de balanza con respecto a los datos positivos. Se trata de la subida del petróleo con respecto a las previsiones anteriores, que eran más moderadas en anticipar posibles incrementos, así como por los precios de la energía, que siguen al alza de forma sibilina, pero que impacta en el día a día de familias y empresas.

Por otra parte, los datos de afiliación a la Seguridad Social son "muy positivos", indica Galo Nuño, al igual que los índices de producción industrial y de servicios. Además, la facturación de los negocios continúa mejorando. Y el inicio del tercer trimestre también está siendo más positivo de lo que inicialmente se estipulaba por parte del regulador bancario.

Frente a los ritmos de crecimiento fuertes en los convenios de los últimos años, con alzas superiores al 3%, y pagos por encima de lo que marca el convenio también muy fuertes. Pero ahora habrá "menos crecimiento de los sueldos en convenios colectivos", señala el Banco de España.

Los precios de la energía son el hándicap que más está afectando a la economía española "desde el mes de mayo", indica Galo Nuño. Exactamente desde que España sufrió el apagón el 28 de abril. Desde aquel momento, con el 'modo seguro' energético activado para evitar nuevas interrupciones generalizadas, las facturas que pagan los españoles incluyen un sobrecoste -ajustes, técnicamente hablando- que está elevando los precios mes tras mes de forma ininterrumpida.

El Banco de España estima que el déficit público tendrá también un mejor comportamiento del esperado ya que caerá al 2,5% a finales de 2026, frente al 2,8% previsto hasta ahora. En buena medida esta realidad se explica porque los ingresos por impuestos están yendo "boyantes" porque crecen muy por encima del PIB. Lo hacen a un ritmo superior al 8% en términos interanuales, sobre todo por el Impuesto de la Renta y las cotizaciones sociales de los trabajadores.

En la parte del gasto público, anticipan un rango de gasto de entre el 4,4% y hasta el 5,1% frente al objetivo marcado por el Gobierno del 3,7%. Aquí sitúa el supervisor uno de los riesgos de presupuestos, tanto por el impacto de los fondos europeos como por el nuevo gasto en defensa que están previstos que condicionen la economía en los próximos años. "Si el gasto en defensa se dedica a inversión y desarrollo frente a compra de material militar a otros países, tendrá una mejor repercusión en la economía española", advierte Galo Nuño.

La incertidumbre comercial por los aranceles es otro de los principales riesgos que los economistas del Banco de España vislumbran sobre la economía. Esa deriva arancelaria puede provocar problemas en los mercados financieros internacionales.

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