AstraZeneca condiciona sus planes de inversión en España a que haya un Gobierno «que entienda el valor de la innovación»

El primer ejecutivo de la farmacéutica para España observa con reservas los requisitos administrativos que la Comisión Europea pretende imponer para permitir que un nuevo medicamento llegue a los dispensarios de los 27 países de la Unión Europea y considera que, de aprobarse, será un obstáculo a la investigación farmacéutica y, por extensión, a sus planes para España. «No podemos querer los mejores medicamentos y luego limitar regulatoriamente su salida al mercado. Un paciente no puede esperar 20 meses a que la Agencia Europea del Medicamento dé su autorización para un medicamento se pueda utilizar», ha lamentado. «Nosotros queremos hacer investigación en Europa porque en Europa la ciencia se hace mejor, pero si Europa pierde competitividad las empresas se irán a China o Estados Unidos. Obtener un nuevo medicamento exige una investigación de un coste de entre 1.000 y 2.000 millones de euros, sin saber si finalmente va a salir al mercado o no».

En este punto, el directivo de AstraZeneca ha pedido una mayor implicación de las autoridades españoles en el debate europeo al respecto porque, dice, España tiene la oportunidad de convertirse en el líder mundial en ensayos clínicos. «España puede ser líder mundial en ensayos clínicos y talento, pero debe defender en Europa que no haya tantas limitaciones a la puesta de medicamentos en el mercado. España debe decidir si quiere ser un líder o un seguidista. Si seguimos a Europa en todo lo que dice, será Europa la que decida lo que pase en España», ha remachado.

Un día después de que cuatro primeros ejecutivos de empresas punteras en España, Iberdrola, IAG, Abanca y Deloitte, realizaran un llamamiento a las autoridades españolas para dar más apoyo a los llamados 'campeones nacionales', las grandes compañías españolas con capacidad de competir a nivel global, ha sido el presidente de Indra, la compañía controlada por la Sepi que se ha convertido en la gran apuesta del Gobierno para garantizarse el control estatal sobre la industria doméstica del sector de la seguridad y la defensa, Marc Murtra, el que ha puesto sobre la mesa la necesidad de una estrategia de política económica que apuntale una red de empresas potentes de capital español.

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«¿Tenemos capacidad como país para liderar la cuarta revolución industrial? Diría que no», ha respondido Murtra a una pregunta directa de la moderadora y exministra de Sanidad, Ana Pastor. «Pero si se hacen las cosas bien sí podemos tener un conjunto de empresas que puedan competir en los sectores de la industria 4.0. Sé que a algunos esto no les gusta, pero sería aconsejable que en lugar de una Ibex 35 tuviéramos un Ibex 100«.

Murtra ha conectado este debate con el de la autonomía estratégica, uno de los debates que ha empezado a hacer fortuna en el entorno europeo en los últimos meses a cuenta de la guerra comercial y de los amagos proteccionistas en países como Estados Unidos o China, y también con el de la necesidad de impulsar una industria propia en materia de defensa y seguridad, el objetivo que de alguna manera ha movido al Gobierno para promover el liderazgo de Indra en ese sector.

El presidente de Indra ha defendido en este sentido la necesidad de incrementar la inversión en defensa y seguridad. «La guerra en Ucrania ha puesto de manifiesto que la defensa nacional se basa en buena medida en tecnología y si no somos capaces de desarrollar esa tecnología como país, la tendremos que adquirir fuera y seremos dependientes de otros. Es una decisión política».

Se vislumbran problemas en el horizonte para conseguir ese reto, que según Murtra requerirá de gran esfuerzo presupuestario y también de un cambio de cultura que asuma que la innovación tecnológica implica la inversión de muchos recursos que no siempre generan retornos. Uno de los principales será la escasez de ingenieros en España, que según ha deslizado en el Foro La Toja puede condicionar el potencial de crecimiento del sector de la innovación en materia de defensa en España.

Murtra ha advertido que en los próximos años el sector va a demandar 200.000 ingenieros más de los que España va a ser capaz de generar y ha pedido un cambio de cultura para cubrir esa brecha, «que no solo depende de los poderes públicos».

La guerra por el talento es uno de los grandes desafíos que el tejido productivo tendrán que afrontar en el horizonte según el presidente de Marsh España, Pablo Trueba, que ha revelado unos datos recabados por la compañía según los cuales el 95% de las empresas españolas estarían pensando ya en mejorar los beneficios que ofrece a sus empleados para tratar de retener el talento en sus plantillas y que el 87% ya estaría preparando estrategias para preservar la salud mental de sus empleados.

En opinión de Trueba, la economía afronta tres grandes desafíos en el futuro más inmediato: el riesgo de suministro energético, con implicaciones serias de geopolítica; el cambio climático, que pasa una factura anual del 470.000 millones de euros al año en forma de catástrofes meteorológicas; y la guerra por el talento.