Alemania quiere impulsar un gasoducto por Portugal y España para combatir la dependencia del gas ruso

El mandatario ha agregado que ha tratado el asunto con sus colegas de España, Francia y Portugal, así como con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, para estudiar las posibilidades de impulsar ese proyecto, ya que la existencia de conexiones con el norte de África ayudaría a diversificar el suministro. Un gasoducto de estas características «resolvería completamente los problemas actuales», ha dicho, tras destacar los esfuerzos de su gobierno para reducir la dependencia energética respecto a Rusia.

Ya hace varias semanas, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, abogó por prepararse «cuanto antes» para un posible corte de suministro del gas ruso y señaló que España está en «muy buena» posición para ayudar a trasladar esa energía de otros proveedores. «No podemos limitarnos a decir '¡anda, nos han cortado el gas!'. Hay que tomar medidas y esas medidas son de ahorro, pero también hay medidas para aumentar la oferta y España está en una posición muy buena para ayudar a que Europa tenga más gas», dijo.

Los depósitos de gas de Alemania han alcanzado alrededor del 75 % de su capacidad, según los últimos datos de la Agencia Federal de Redes (Bundesnetzagentur), el nivel que según los objetivos del Gobierno debían lograrse el 1 de septiembre. Los datos difundidos el jueves sitúan concretamente el nivel en el 73.7%, lo que significa que a final de esta semana se habrá superado el 75%, puesto que a diario sube al menos un 0.5% El Gobierno de Scholz se ha marcado como objetivo que los depósitos suban al 85% a fecha 1 de octubre y al 95% el 1 de noviembre, nivel suficiente para garantizar el suministro durante todo el invierno. Esta evolución, sin embargo, depende de que se mantengan los envíos que recibieron a través del gasoducto Nord Stream.

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En este contexto, inevitablemente, la conversación veraniega de Scholz con la prensa se ha centrado en la invasión rusa de ucrania y sus consecuencias en el mercado energético y la economía en general. Scholz ha accedido a comentar sus impresiones sobre los primeros meses de andadura de la «coalición semáforo», que ha formado con liberales y verdes, y ha dejado claro que está «a gusto» en su puesto. También ha reconocido que mantiene un buen vínculo con su antecesora, Angela Merkel, de quien fue vicecanciller en la última legislatura y con quien sigue periódicamente en contacto. «Me gusta hablar por teléfono con ella. Pero ahora soy, y me gusta, el canciller», ha dicho, sin responder más concretamente a la pregunta sobre si echa de menos a Merkel.

Scholz ha asegurado que Alemania seguirá su línea de solidaridad con el resto de países miembros de la UE, en relación con los desafíos que plantea la invasión rusa de Ucrania y muy especialmente con los relacionados con el suministro energético. «La solidaridad en la UE es mejor de lo que se pronosticó hace unos años. Si se considera solo la situación actual se pierde la perspectiva», ha considerado.

En su opinión, la UE ha respondido de manera diferente ante el desafío lanzado por Rusia a como lo hizo en un primer momento, cuando la pandemia golpeó a los 27 y algunos países reaccionaron con cierres unilaterales de fronteras y con una carrera individual para conseguir la protección contra el coronavirus. «Hemos respondido con mucha unidad y solidaridad a la agresión rusa», ha enfatizado, «la UE ha conseguido demostrar que estamos unidos». «Y eso ha contribuido a que Europa con estas crisis haya salido mejor de lo que muchos esperaban», se ha referido a los programas de recuperación aprobados en beneficio de todos los estado miembros para paliar las consecuencias económicas de la pandemia, en comparación a cómo manejó la UE la crisis de la deuda de hace una década. Esa misma unidad es la que han mostrado los 27 en los paquetes de sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania, así como en los cambios realizados en relación con la mejora del abastecimiento energético de la Unión. «Eso nos permitirá crear infraestructuras europeas que apoyarán mejor la transición y por eso seguiremos siendo solidarios, y de todos modos Alemania lo será», ha declarado el canciller.

Scholz se ha pronunciado, por último, en contra de la prohibición de visados de turista a ciudadanos rusos, como han pedido las jefas de gobierno de Estonia y Finlandia, y argumentó que a escala de la Unión Europea ya se han adoptado las sanciones pertinentes contra personas del entorno del Kremlin. «Es la guerra de (Vladímir) Putin. Y se me hace difícil este tipo de planteamientos», ha señalado. Recordó, al respecto, que las personas del entorno de Putin, así como los oligarcas, están incluidos en las sanciones dictadas por la UE, distanciándose de quienes culpan a toda la población rusa de las decisiones de su gobierno.