Las entidades españolas se aferran de nuevo a la barra libre del BCE
Bancos y cajas pidieron en mayo 53.000 millones ante la inacción en el mercado
MONCHO VELOSO
Los mercados han vuelto a poner en entredicho la solvencia de Grecia y, por ende, recelan de la situación financiera del resto de países de la eurozona, complicando la financiación de Irlanda, Portugal y España en los mercados de deuda soberana. Esos temores salpican una ... vez más al sector financiero, que regresa a la única alternativa posible: la barra libre del Banco Central Europeo. Bancos y cajas de ahorros recibieron en mayo 53.047 millones de euros en créditos del emisor comunitario, casi 11.000 millones más (+26%) que en el mes de abril y el segundo nivel más alto en lo que va de año, según los datos del Banco de España.
La deuda de las entidades financieras españolas con el BCE crece por segundo mes consecutivo y supone ya el 15,85% del total de préstamos que el organismo presidido por Jean Claude Trichet concede a la banca de la zona euro. Los recursos otorgados al conjunto de entidades de la región ascendió a 334.784 millones, 14.000 más que en abril (+4,4%).
Este aumento de la dependencia de los préstamos del Banco Central (a un tipo de interés del 1,25%) no es más que, según los analistas, un estrategia previsora de la banca. Las entidades temen que las actuales tensiones en torno a Grecia y el resto de países periféricos se traduzcan, como hace un año, en mayores trabas para acceder al mercado mayorista de financiación y , una vez más, en un «crac» de liquidez.
La deuda de bancos y cajas con el BCE alcanzó su nivel más elevado en julio de 2010 —130.209 millones de euros—, después del primer rescate a Grecia y en plena crisis de la deuda soberana en la zona euro. Ese escenario de desconfianza cerró a cal y canto el acceso al mercado de las entidades españolas; el único grifo abierto para ellas era el del regulador europeo.
Sólo la publicación de los test de estrés a la banca permitió a España desmarcarse de Grecia, Irlanda y Portugal; y a Santander, BBVA y Popular, entre otros, acceder poco a poco a la financiación mayorista. La captación del ahorro particular a través de la guerra de depósitos —con rendimientos superiores al 4%— permitió también reducir el grado de dependencia respecto al BCE; a costa, eso sí, de empeorar los márgenes de las entidades. De hecho, el Gobierno penalizará a partir del 4 de julio los productos con rentabilidad excesivas.
Pero el panorama es ahora otro. De hecho, Trichet reconoció la pasada semana en Fráncfort que las condiciones económicas actuales requieren mantener lo que el banquero francés insiste en llamar «medidas no convencionales». En otras palabras: que el BCE seguirá dando —«todo el tiempo que sea necesario», dijo— crédito ilimitado y barato a la banca. A la vista de los datos, parece de nuevo la única opción.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete