China se plantea acabar con el monopolio de los bancos estatales

Los «cuatro grandes» del país, como el Banco Industrial y Comercial (ICBC), el Banco de China, el Banco Agrícola y el Banco de la Construcción, obtienen cada año unos beneficios hasta un 26% mayores gracias al bajísimo interés que ofrecen a sus impositores. Con sus reservas de capital cada vez más altas, debido a las restricciones a los préstamos impuestas por el Gobierno, se dedican a financiar proyectos de potentes multinacionales estatales en lugar de apoyar al empresario privado.

Como consecuencia, ha florecido un usurero mercado negro, con intereses de hasta el 100%, que el Banco de China estimaba a finales de 2010 en torno a los 2,4 billones de yuanes (290.033 millones de euros), lo que supone un 5,6% del total de préstamos. Como muchos empresarios no pueden acudir a los bancos oficiales por las restricciones gubernamentales o su falta de contactos, no les queda más remedio que endeudarse con tan leoninas condiciones para sacar adelante sus proyectos.

Solo en Wenzhou , donde hay 400.000 empresas privadas, se calcula que el mercado negro de préstamos mueve 13.300 millones de euros. Precisamente, en esta ciudad ha comenzado una reforma que permitirá a los inversores privados entrar en el sistema financiero y hasta crear sus propios bancos para que el capital fluya y genere empleo.