El Covid sigue marcando el ritmo a la economía global

Es cierto que las reglas para dar bajas han cambiado. Si hace un año se concedía la prestación por incapacidad laboral a los contagiados y a sus contactos estrechos, ahora si estás vacunado, y en España una amplia mayoría lo estamos, las prestaciones son solo para los infectados. También es verdad que allí donde es posible el teletrabajo, en la medida en que esta variante está teniendo efectos más leves en la salud, son muchos los infectados que no piden la baja. Y además, se han reducido los periodos de confinamiento desde los 10 días a los 7 en caso de que no persistan los síntomas. Pero aun así, las cifras son escalofriantes . En diciembre se multiplicaron casi por siete los casos respecto a noviembre, hasta alcanzar los 566.175 trabajadores. Y en los casi dos años de pandemia son más de cinco millones las bajas totales por el virus.

Como consecuencia de esta situación, muchas empresas están al límite y buscan nuevos empleados para sustituir las bajas. En concreto, según cifras de Adecco, en lo que va de mes se han disparado un 15% las contrataciones de trabajadores para suplir a los contagiados , pero el problema no está resuelto.

En algunos países, como Estados Unidos e incluso en Australia, hemos visto imágenes de estanterías vacías ante la falta de suministros que nos recordaban mucho aquellos primeros días de marzo de 2020. En España de momento no hemos llegado a esa situación, pero está claro que hay un problema y que la actividad económica se volverá a ralentizar en este comienzo del ejercicio porque no se puede suplir la falta de trabajadores y porque aunque en la mayoría de las comunidades autónomas las restricciones son escasas, son los propios ciudadanos los que obligados por los contagios o por el miedo a ellos están reduciendo sus salidas y su actividad fuera de casa, con el impacto que ello tiene sobre el consumo de bienes y servicios.

El aumento de las bajas laborales y el problema generado por la saturación de la Atención Primaria, encargada de dar las altas y bajas, vuelve a traer a la palestra un viejo problema en España, el absentismo laboral , y una vieja reivindicación de las mutuas de accidentes de trabajo, la posibilidad de controlar las bajas y de dar altas. Lo cierto es que en una situación como esta, los empresarios se quejan de que las bajas se pueden alargar más de lo necesario porque no hay médicos suficientes para darlas a tiempo. Y también denuncian los posibles abusos al relajarse muchas de las condiciones para concederlas y bastar un test de antígenos hecho en casa y una llamada de teléfono.

La ayuda de las mutuas debería ser tenida en cuenta no solo para un momento puntual, como el que estamos viviendo, sino para un futuro, previendo, eso sí, mecanismos que equilibren los intereses de los empresarios por acortar las bajas laborales, con los de los trabajadores, evitando los abusos de una u otra parte.