Cuentas sin cuentos
La casa, nuestro ahorro y nuestro salvavidas
Las pensiones de nuestros mayores son bajas, pero tienen una o dos viviendas en propiedad que les evita pagar alquiler y les da unos ingresos extra. Nuestros jóvenes no tienen casa y no sabemos qué será de sus prestaciones de jubilación
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Iniciar sesiónEspaña es un país muy peculiar. Nuestros mayores tienen pensiones bajas, pero casi todos poseen su vivienda en propiedad , e incluso gran parte de ellos tienen un segundo inmueble en el pueblo o en la playa. Hace unos días escuchaba a un alto ... cargo del Gobierno quejarse de esta situación. «Tenemos que convencer a nuestros jóvenes para que no se compren vivienda y ahorren en otros activos», decía, «son más rentables y más líquidos». Esa misma reflexión se la oí hace casi 20 años al que entonces era secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez , cuando fue nombrado secretario de Estado de Hacienda en el Gobierno de Zapatero. «La propiedad es una cortapisa para la movilidad en el trabajo», explicaba. El que luego fuera gobernador del Banco de España, sin embargo, pronto cambió de opinión . «Estaba equivocado», me reconoció un día charlando mientras mojaba un dulce en el café. «La vivienda es la forma de ahorrar de los españoles y es su plan de pensiones». No puedo estar más de acuerdo con esta segunda reflexión. Es verdad que las pensiones en España son bajas comparadas con las que hay en otros países europeos, pero imaginemos que nuestros pensionistas no tuvieran su casa en propiedad y tuvieran que pagar todos los meses un alquiler. ¡Eso sí sería insostenible!
La verdad es que independientemente de lo que piense el Gobierno, el porcentaje de españoles con su casa en propiedad ha caído casi cinco puntos en la última década, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Pero no nos engañemos, en la mayoría de los casos no es por convencimiento, sino por imposibilidad . Los jóvenes cada vez acceden más tarde al mercado laboral, tienen sueldos bajos y además está cambiando mucho la estabilidad familiar. Eso de comprarte un piso con tu novio para casarte y vivir felices y comer perdices para el resto de tu vida, va poco a poco dejando paso a otras realidades. Y hoy los jóvenes quieren comprarse los pisos solos por lo que pueda pasar en el futuro, lo que dificulta todavía más el acceso a la vivienda en propiedad. Nuestros hijos comparten con amigos viviendas alquiladas, pero a lo hora de comprarse una casa, prefieren –si pueden permitírselo– hacerlo solos.
Probablemente desde el punto de vista de la inversión tienen razón el Gobierno y los expertos financieros cuando dicen que a largo plazo es más rentable invertir en otros activos, que otras inversiones se revalorizarán más. Pero permítanme que les confiese que cuando mi hijo mayor empezó a trabajar y al cabo de un tiempo me pidió consejo de dónde invertir sus ahorros, le dije, sin tener ninguna duda, que se metiera en una vivienda. ¿Para qué quiero yo una casa, me decía? Hazme caso. Mira algo en plano, pequeño, que puedas ir pagando poco a poco, no tienes prisa... Y no me arrepiento del consejo, y creo que él tampoco de haberme hecho caso. ¿Qué le tenía que haber dicho? Compráte un coche, que en cuanto salga del concesionario ya se ha devaluado. O paga 400 o 500 euros por un piso compartido si te quieres independizar. O compráte unos bitcoin...
Me permitirán los señores políticos de esta querida izquierda española nuestra que discrepe de ellos. Mis padres, como otros muchos de su generación, se compraron una casa pequeña cuando salieron del campo y se vinieron a la ciudad, y otra un poco más grande cuando poco a poco fueron mejorando su situación económica. Gracias a esa segunda vivienda, que alquilaron, cuando mi madre enviudó y le quedó una mínima pensión, pudo vivir dignamente gracias a los ingresos del alquiler. Y como mis padres, hay muchísimos más en España que tienen en sus casas alquiladas un complemento a sus pensiones . Ahora les decimos a nuestros jóvenes que no sabemos qué va a pasar con sus pensiones, y además, que no se compren casa porque es una mala inversión. Perdonen, pero conmigo que no cuenten.
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