Portugal hace los deberes

Sí, porque la Comisión Europea (CE) no olvida las advertencias, como las que lanza al país vecino en materia de pensiones, deuda pública y banca. Con todo, el primer ministro, António Costa, respira tranquilo por el adiós a la vertiente correctiva y el ingreso en el club del Pacto de Estabilidad.

“Este es un día importante para Portugal. Recomendamos la revocación del Procedimiento por Décifit Excesivo y esperamos que lo apoyen los demás Estados miembros. Esta circunstancia simboliza el largo camino que los portugueses han recorrido para superar las dificultades de la crisis , invertir la dirección de la economía y colocarla de nuevo en el rumbo del crecimiento”, declaró el vicepresidente de la CE, Valdis Dombrovskis.

El presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, ya ha manifestado su alegría por el hecho de que el alto mandatario europeo haya subrayado que se trata de “un logro del pueblo portugués”, aunque también recordó: “Lo que de verdad importa ahora es reforzar el crecimiento y convertirlo en sostenible, así como garantizar que beneficie a todos los miembros de la sociedad”.

Nada extraño, por tanto, que Dombrovskis apunte: “Es crucial que Portugal continúe inmerso en un ambicioso plan de reformas estructurales, que debe incluir las políticas presupuestarias responsables, la garantía de un gasto público más eficiente , hacer frente al aumento de los costes de los sistemas de salud o pensiones y un mayor refuerzo del sector financiero, especialmente en lo que se refiere crédito malparado”.

Pero no acaban sus recomendaciones para Portugal, en vista de que se refirió igualmente a “una atención continua en lo que se refiere a la mejoría de las políticas del mercado de trabajo, en especial el auxilio a quien busca empleo”. Su conclusión no deja lugar a dudas: “Invito desde aquí a las autoridades portuguesas para que aprovechen este momento y se preocupen de que el país desbloquee su verdadero potencial y crezca en el sentido resiliente, dinámico e innovador”.

El Ejecutivo de Lisboa se había asegurado este desenlace positivo al haber conseguido sacar de este paquete el asunto de la recapitalización del banco público Caixa Geral de Depósitos, cuya reforma no tendrá finalmente reflejo en las cuentas públicas ya que Bruselas aceptó conservarlo al margen.