La oculta industria que tiene la llave de la transición energética
El pulso empresarial de la electrónica de potencia en España es fuerte en sus etapas finales, pero necesita sinergias público-privadas para dar el gran salto
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Iniciar sesiónQuizá el nombre no le diga nada, pero está muy presente en su entorno: en la vitrocerámica de inducción de la cocina, en la lavadora, en las lámparas led y, si fuera su caso, en el coche eléctrico con el que se desplaza. La ... electrónica de potencia , aquella que transforma la energía eléctrica de una forma a otra mediante convertidores para adaptarla a diversas aplicaciones, forma parte de nuestro día a día sin que ni siquiera nos demos cuenta . «A veces está escondida dentro de los dispositivos que nos causan impresión. En un ordenador, todo el mundo se fija en las características de la pantalla o en la capacidad de almacenamiento, pero se olvida de la fuente de alimentación, que es fundamental para que funcione. Y en un tren se piensa en el confort de los vagones, pero no en que para que se mueva a 300 kilómetros por hora hace falta una electrónica de potencia muy sofisticada», cita como ejemplos Aurelio García Cerrada , profesor propio ordinario en el departamento de Electrónica, Automática y Comunicaciones de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería ICAI de la Universidad Pontificia Comillas.
Todo ello sin olvidar su papel en la transición energética , un desafío inaplazable. «Estamos considerando una generación basada en recursos renovables (sol, viento…), la electrificación del sector transporte , la incorporación del almacenamiento eléctrico, la producción de hidrógeno renovable y, en general, un incremento de la eficiencia del sector eléctrico», recuerda Fernando García , coordinador del grupo de trabajo de electrónica de potencia de FutuRed, plataforma española de redes eléctricas. Son factores que están creando el caldo de cultivo para que esta industria gane peso . «En todas estas aplicaciones aparece la electrónica de potencia como uno de los componentes claves, que permite conectar los equipos a la red de distribución, por lo que es una importante tecnología habilitadora de la transición energética», subraya.
Las energías limpias, sin ir más lejos, cuentan ahora con un gran respaldo político y, además, serán uno de los sectores más beneficiados por la lluvia de millones que vendrá de los fondos europeos de recuperación . En España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) fija que en 2030 las renovables deberán suponer el 42% de las energías totales. Y en lo que respecta al vehículo eléctrico, el Ejecutivo aspira a que en 2023 circulen en nuestro país 250.000 vehículos ‘a pilas’ . «Necesitamos sí o sí la electrónica de potencia, sin esta tecnología no se podrían alcanzar los objetivos planteados. Va a ser totalmente relevante y generará grandes oportunidades para las empresas», coincide Aritz Milikua , coordinador del máster en Energía y Electrónica de Potencia de Mondragón Unibertsitatea.
Estamos ante una industria con grandes proyecciones en torno a la que ya existe un ecosistema empresarial y de conocimiento funcionando . «La cadena de valor va desde la producción de los materiales y los elementos semiconductores (diodos, transistores…) hasta la aplicación final, pasando por distintas etapas de integración y control. La industria española se sitúa en las etapas finales », indica García. ¿Y cómo está posicionada? «Cabe destacar su buen nivel, que se puede constatar en su capacidad exportadora, con más de un 35% de su facturación en el mercado exterior», asegura.
Así, lo que tenemos son compañías que integran la electrónica de potencia en diferentes aplicaciones finales. «Generalmente –apunta García– se trata de grandes empresas que van expandiendo su portfolio de productos en diferentes sectores». Empiezan a florecer también startups enfocadas en aplicaciones más innovadoras , como los cargadores de vehículo eléctrico compactos y bi-direccionales o dispositivos de almacenamiento basados en baterías de segunda vida .
El hecho de que nuestras empresas se focalicen en las etapas finales de la cadena de valor no es en sí mismo negativo, tal y como aclara Milikua: « Es justo la parte que aporta mayor valor añadido al producto final porque se trata de diseñar equipos electrónicos específicos, orientados a una aplicación concreta en función de las necesidades del cliente».
Hay expertos, en cambio, que opinan que depender de otros países en los niveles anteriores tiene sus inconvenientes. «Carecemos de fabricantes españoles de interruptores de estado sólido para hacer los convertidores electrónicos, lo cual nos sitúa en una desventaja porque tenemos que comprarlos a fabricantes externos . Estamos relativamente bien armados, eso sí, para construir nuestros propios convertidores electrónicos usando tecnología que se produce en otros países. Tenemos compañías que lo hacen y que compiten con otras extranjeras», explica el profesor García Cerrada.
Ahora la producción de los elementos semiconductores se concentra en unas pocas empresas con una escala global (Infineon, Mitsubishi Electric, STMicroelectronics, etc). En España, tal y como afirma Fernando García, de FutuRed, existen grupos de investigación con gran experiencia en el desarrollo de dispositivos semiconductores de potencia, así como instalaciones científico-técnicas singulares a nivel europeo –la Sala blanca del Centro Nacional de Microelectrónica del CSIC, por ejemplo–, donde dichos dispositivos se pueden fabricar a nivel de I+D+i o para aplicaciones específicas como las aeroespaciales. Pero para alcanzar una producción de dispositivos a escala industrial cree que es necesaria una mayor implicación público-privada , similar a la realizada en Reino Unido (con su programa Power Electronics UK) o Francia (con el programa SuperGrid). «Estas iniciativas permiten canalizar las inversiones y las capacidades y competencias punteras del mundo académico hacia las necesidades concretas de la industria nacional para el desarrollo de nuevas tecnologías de electrónica de potencia, que puedan ser competitivas en la escala internacional», agrega.
Los desafíos
Hay otras asignaturas pendientes. «Primero es necesario lograr un reconocimiento específico de esta tecnología, que normalmente está integrada en otros productos, en el sistema público de ayudas. El apoyo público debe enfocarse en promover desarrollos rápidos y pruebas de concepto acordes con la velocidad a la que se mueve este sector , que agilicen la llegada al mercado de las nuevas aplicaciones», destaca García.
Hasta ahora la financiación a nivel europeo se centra en el programa Horizon Europe , continuación del Horizon 2020. «En las próximas convocatorias –prosigue– veremos aparecer temas de financiación centrados en la electrónica de potencia, lo cual es una buena noticia. Recientemente también se está debatiendo la incorporación de elementos específicos de electrónica de potencia dentro del Plan Estratégico de Tecnologías Energéticas , de la Comisión Europea, que pretende acelerar la transición del sector energético por el desarrollo de tecnologías bajas en carbono de forma rápida y eficiente».
Respecto a la financiación nacional, piensa que es clave que enfoque parte de sus recursos a las etapas finales de desarrollo de los productos y pruebas de concepto para garantizar una ayuda efectiva y alineada con los intereses de las empresas españolas.
Fondos europeos
No hay duda de que para que nuestro país mantenga una posición competitiva en este área se requerirán inversiones. Luis Mir , responsable del área de Electrónica de Potencia de Ikerlan, centro tecnológico vasco, lamenta que desde la última crisis haya habido «un vacío de ayudas importantes a nivel del estado» y confía en que el dinero comunitario para reactivar la economía tras el Covid sea un punto de inflexión: «La esperanza es que se acepten proyectos financiados para las empresas con el fin de que puedan dar cierto salto tecnológico en sus soluciones y crezcan en su competitividad a nivel mundial».
En esta línea, Milikua piensa que la electrónica de potencia debería ser un sector prioritario en el reparto de los fondos europeos porque España tiene un buen posicionamiento que debe mantener, pero insiste en que la iniciativa privada ha de seguir remando a favor : «Las empresas también tienen que esforzarse y destinar fondos propios a la investigación. Creo que lo hacen porque es un sector muy cambiante, pero hay que continuar apostando para no perder esa posición e incluso mejorarla».
Y es que la electrónica de potencia tiene un tremendo recorrido . «Según los estudios de prospectiva es un mercado con un alto crecimiento sostenido en los próximos años , con tasas de entre el 3% y el 5% anual hasta 2025 e incluso mayores en 2030. Este desarrollo de mercado corresponde a las estimaciones de crecimiento de las energías renovables y del vehículo eléctrico, entre otros factores», dice Fernando García. Y va más allá: «Si miramos los desarrollos más novedosos dentro de la electrónica de potencia, como los semiconductores de banda ancha, los crecimientos pueden alcanzar ciertos años un 30%». La electrónica de potencia calienta motores para acompañar la descarbonización de la economía y ampliar las oportunidades de negocio para el tejido empresarial de nuestro país.
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