Iberdrola engrasa los cerrojos ante la «operación reformista» de Zapatero
Galán cerrará filas con sus accionistas el 27 de mayo en Bilbao. El objetivo es impedir que ACS pueda plantear batalla a partir de julio con otra junta de carácter extraordinario
Iberdrola engrasa los cerrojos ante la «operación reformista» de Zapatero
Si no fuera por la escasa credibilidad que destila Zapatero, el PSOE bien podría abanderarse con la patente de aquel fugaz Partido Reformista que fundó el político catalán Miguel Roca allá por mediados de los ochenta con Florentino Pérez de secretario general. La crisis ha ... derrumbado los cimientos del Estado de Bienestar en Europa dando lugar a una contracultura socialdemócrata que se extiende como una mancha de aceite por los rincones más infranqueables del panorama económico en España. No sólo las pensiones, el mercado laboral, la energía nuclear o las cajas de ahorros han sido testigos de excepción de la aparente metamorfosis que sufre el presidente del Gobierno. También las sociedades cotizadas van a tener lo suyo en este mundo cambiante del converso ZP.
El año pasado fue la enmienda del ladrillo, que supuso el principio del fin de los blindajes estatutarios en las grandes compañías bursátiles. Ahora llega la segunda parte de la saga con un nuevo proyecto de ley aprobado este viernes en Consejo de Ministros con el fin de rebajar el control que los gestores de las sociedades de capital ejercen sobre la asamblea general a través de las delegaciones de voto. Las dos reformas se ciernen como una tenaza para apretar las clavijas de ese amasijo de recomendaciones, advertencias y demás códigos naíf que dan honroso nombre al «buen gobierno» de las empresas en Bolsa. La casualidad es que ambas normativas se suceden en momentos claves de la gran batalla corporativa de Iberdrola, cuya junta general se celebrará el 27 de mayo en Bilbao.
Florentino Pérez ha viajado esta semana por el Golfo Pérsico y no solamente para negociar la próxima gira veraniega del Real Madrid. Concretamente en Qatar están muy interesados por los últimos acontecimientos de ACS y saben que la constructora tiene todavía restos de autocartera que no han sido empleados en la opa sobre Hochtief y que podrían ser colocados en el mercado a buen precio, máxime después de que los March hayan vendido a la baja un 5% de la constructora.
Los movimientos del presidente blanco son seguidos también muy de cerca desde Iberdrola, donde no se descarta que ACS siga consolidando su posición accionarial por encima del ansiado 20% con el que cerró el pasado ejercicio. Una de las claves reside en ese paquete del 5,74% de la eléctrica que ha heredado Rato tras la fusión de Caja Madrid con Bancaja. Ni José Luis Olivas ni Francisco Camps quieren vender, entre otras razones porque la compañía presidida por Ignacio Galán ha echado raíces en la Comunidad Valenciana a través de la filial de Renovables, pero los designios del ex vicepresidente económico y director gerente del FMI son tan inescrutables como las necesidades de su delicado Banco Financiero y de Ahorros (BFA).
El manejo del arte de la guerra es un valor que se supone dentro de Iberdrola, donde todo el mundo es consciente de la necesidad de anticiparse a las iniciativas del enemigo. Para ello el equipo jurídico que dirige Julián Martínez-Simancas está trabajando en dos frentes complementarios pero claramente diferenciados. La primera misión consiste en dar portazo de nuevo a ACS en el consejo de administración, una tarea que esta vez resulta favorecida por la última sentencia judicial que certifica el nivel de competencia directa y estructural entre ambos grupos empresariales. Con la resolución de los tribunales en la mano, la alta dirección de Iberdrola podría enfrentarse a una acción de responsabilidad si cayese en la tentación de dar rienda suelta a las aspiraciones de Florentino Pérez: «No es ya que no queramos, es que realmente ni siquiera podemos», afirman ufanos en el cuartel general de la compañía eléctrica.
El segundo objetivo pasa por garantizar una moción de confianza que respalde la labor de Ignacio Galán. El refrendo de su masa social facultaría a la compañía eléctrica para rechazar la solicitud por parte de ACS de una junta extraordinaria de accionistas, una posibilidad que toma carta de naturaleza a partir del 1 de julio, pues en dicha fecha se acaban los blindajes estatutarios y la constructora podrá esgrimir plenamente los derechos políticos de su creciente participación en la eléctrica.
Iberdrola tiene el calendario bien apretado y no es fácil que Florentino pueda sentar sus reales en terreno adversario dentro de 2011. La vía judicial ha supuesto un fiasco y la vía societaria no parece tampoco un camino claro so pena que el conflicto se resuelva al estilo Endesa, mediante una opa con todas las de la ley. Claro que antes de eso Galán cuenta con varias cartas en la manga, amén de algún que otro caballero blanco como RWE, cuyo presidente Jürgen Grossman tampoco tendría mayor inconveniente en lanzar un tendido eléctrico desde Essen a Bilbao. En la Europa energética las habas están contadas, sobre todo después de comprobar lo mucho que manda Angela Merkel en España. Además, no es sólo Pérez quien hace buenos negocios en Alemania.
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