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Draghi: «Las decisiones serán probablemente tomadas en octubre»

La entidad dirigida por Draghi asegura que incrementará las adquisiciones, que son ahora de 60.000 millones de euros, «si el panorama empeora»

El presidente del BCE, Mario Draghi REUTERS

ROSALÍA SÁNCHEZ

Todavía no es otoño en el BCE. Draghi adelantó en julio que la discusión del Consejo sobre el futuro del programa de compras de deuda tendría lugar «en otoño» y en economías como la alemana, donde las hojas ya están cayendo, se habían registrado claras muestras de impaciencia. El presidente del BCE ha anunciado, sin embargo, que «las decisiones serán probablemente tomadas en octubre» y ha informado que hoy solamente han estado comenzando a valorar posibles escenarios y repercusiones, en una discusión «muy, muy preliminar». «Lo que no se ha discutido hoy», ha sentido la necesidad de precisar, «es la secuencia de las medidas que se tomen. Lo que sí se ha discutido hoy es los diferentes escenarios que podemos contemplar» . Draghi no quiere dejarse marcar plazos y ha sugerido también que, si no están listas pueden retrasarse las decisiones, lo que supondría apurar el plazo para dejar actuar más tiempo a sus políticas monetarias y dejar para el 14 de diciembre toda la artillería. Draghi no tiene prisa y reitera que «aún es necesaria una cantidad de estímulo sustancial».

Al margen de las decisiones que vayan a tomarse, Draghi ha comentado que espera que los tipos sigan en los niveles actuales durante un periodo extenso y ha informado que las compras de bonos seguirán hasta finales de 2017 o más tiempo si fuera necesario. «A medio plazo, las perspectivas no han cambiado », ha justificado. Por el momento, el BCE deja su tasa de interés rectora en el mínimo histórico del 0% y sigue dispuesto a aumentar más las compras mensuales de deuda pública y privada en la zona del euro, que son ahora de 60.000 millones de euros, «si el panorama empeora». También permanecen inalteradas la tasa de interés de la facilidad marginal de crédito , a la que presta el dinero a un día, en el 0,25% y la tasa de interés a los depósitos de los bancos a un día en el -0,40%, por lo que les seguirá cobrando por el exceso de reservas.

Todo indica que la fortaleza del euro en las últimas semanas ha sido valorado como un motivo para no apresurarse y dejar el anuncio del calendario de normalización de la política monetaria del BCE para la reunión que el Consejo celebrará el 26 de octubre. Con el euro a 1,20 dólares, Draghi insiste en que el tipo de cambio no es un objetivo de política económica , pero si es importante para el crecimiento y la inflación. Admite que en esta reunión se ha discutido sobre tres asuntos: crecimiento, inflación y tipos, y que es en esa discusión en la que se puede incluir la consideración de la fortaleza del euro como factor..

Por lo demás, el BCE prevé un crecimiento de la zona del euro del 2,2 % para este año, tres décimas superior al 1,9 % que anunció en las proyecciones de junio, con una inflación del 1,5 %, sin modificaciones. Para 2018 sí hay, en cambio, modificaciones . La previsión de crecimiento se mantiene en el 1,8 %, pero con una inflación del 1,2 %, una décima por debajo de la previsión publicada e n junio. Aun así Draghi ha repetido que las perspectivas permanecen inalteradas a medio plazo. «Estoy seguro de que el dato de inflación convergerá a medio plazo y que lo hará en la forma en que queremos, basada en una solidez real de la economía», ha dicho una y otra vez. Sobre la fortaleza del euro, tampoco ha dado señales de preocupación, basando su confianza en los avances que están haciendo las economías europeas. «Se han creado seis millones de empleos desde 2013», ha recontado, sugiriendo que la normalización de la economía real llevará a la normalización en la política monetaria. Aun así, todavía un poco más adelante en el tiempo, el BCE espera para 2019 un crecimiento del 1,7 % y una inflación del 1,5%, una décima menos que en la anterior previsión.

Su discurso ha rezumado confianza, aunque su verbo era un poco más apagado de lo que acostumbra. Ni siquiera la felicitación por su cumpleaños por parte de una periodista, por haber cumplido 70 años el pasado día3, ha animado el semblante del presidente del BCE. Pero su mensaje es el de satisfacción por los resultados de su política monetaria y de tranquilidad y confianza. «En mi opinión, no estamos en un periodo de elevada incertidumbre económica» , ha parado los pies a los alarmistas, al tiempo que celebraba con optimismo las reformas que está a punto de comenzar a abordar la UE sobre la unión económica y monetaria. «Los países europeos se han dado cuenta de lo incompleta que está esa unión y van a empezar a hablar de ello. Nosotros damos la bienvenida a la discusión, que será muy compleja en los próximos meses. El BCE está preparado para ayudar en esa discusión aunque no somos parte de ella», ha dicho.

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