Berlín y París ignoran a la periferia y rechazan ampliar el Fondo de Rescate

Salgado niega que la UE esté debatiendo un posible aumento de la dotación para hacer un traje a medida de España, e insiste en reclamar su flexibilización

REUTERS

maribel núñez

Los ministros de Economía de la Eurozona decidieron ayer que seguirán trabajando, «a ritmo acelerado y con una cierta urgencia» para alcanzar un acuerdo y aumentar la capacida del Fondo de Estabilización Financiera de la Eurozona, según explicó el Presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker ... anoche al término del encuentro. El Fondo se creó en mayo con 750.000 millones de los que 440.000 corresponden a aportaciones de los países europeos pero en realidad sólo se puede disponer de préstamos por 250.000 millones por las garantías obligatorias.

Juncker no pudo por menos que reconocer que en la reunión de ayer hubo discusiones entre los países en relación a las diferentes posibilidades que hay para aumentar la capacidad del Fondo aunque, como experto político que es, las calificó de «técnicas» al tiempo que se apresuró a reiterar que, pese a ellas, la estabilidad del euro está segurada, tal y como acordaron los Jefes de Estado de la Unión Europea en mayo del año pasado cuando se creó el Fondo.

Las discusiones tuvieron su origen en el importante grado de desacuerdo que hay sobre la necesidad de aumentar o no la cuantía actual del Fondo. El titular alemán de Finanzas, Wolfgang Schäube, advirtió antes de entrar a la reunión que «no hay una necesidad urgente de tomar una decisión sobre el reforzamiento de la capacidad del Fondo, por lo que no creo que haya una resolución hoy».

Esta misma posición de prudencia, aunque con actitud de estar abierta al debate, ha sido la adoptada por Francia ya que la ministra gala de Economía, Christine Lagarde, declaró ayer a una radio de su país que estar «abierta a la discusión para estudiar la posibilidad de que el Fondo aumente su capacidad operativa y hoy vamos a empezar a estudiar cómo podría conseguirse». No obstante, fuentes del Gobierno francés han declarado en paralelo que no apoyan aumentar la cuantía del Fondo.

Esta discusión se produce después de que la semana pasada el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, propusiera a los líderes europeos que aumenten la capacidad operativa del Fondo para hacerlo más flexible, «de manera cuantitativa y cualitativa», en un movimiento que causó sorpresa en la mayoría de las capitales, sobre todo porque su anuncio coincidió con el día en que Portugal realizaba una importante colocación de bonos en el mercado, que resultó exitosa y dió un respiro al Gobierno de José Sócrates.

Por su parte, Elena Salgado, negó ayer que la UE esté debatiendo la posibilidad de ampliar el Fondo para hacer un traje a la medida de nuestro país. Salgado apuesta porque el Fondo se flexibilice, «de tal modo que se pueda utilizar toda su capacidad».

Otra de las opciones que se barajan para ampliar la capacidad operativa del Fondo es que pueda utilizarse, además de para dar préstamos a los países, para comprar directamente bonos de los países, actividad que realiza ahora el BCE, entre otras posibilidades. De hecho el emisor central informó ayer que durante la semana pasada compró deuda de países de la Eurozona por importe de 2.313 millones, 20 veces más que en la semana anterior, con lo que el total de su intervención desde mayo se eleva a 76.500 millones.

Irlanda aprovechó la reunión del Eurogrupo para pedir una rebaja en el tipo de interés, del 5,8%, que paga por los préstamos que le concedió el Fondo a finales de 2010.

Mientras tanto el Ibex cerró ayer cediendo un 1% y dejando atrás los 10.300 puntos. El resto de las principales plazas europeas, salvo Fráncfort (+0,03), corrieron igual suerte, lo que se interpretó como una respuesta a esa compra masiva de bonos por parte del BCE. En el caso español influyó también la decisión del Tesoro de sustituir las dos emisiones de obligaciones a diez años previstas para este jueves por una emisión sindicada de nuevos títulos, también a diez años, que se cerró ayer mismo.

Esta operación, que el Estado abre sólo para determinadas entidades con las que pacta un precio, permitió colocar 6.000 millones entre Barclays Capital, BBVA, BNP Paribas, Citigroup, Santander y Société Générale. Estos bancos colocaron ese montante entre un 35% de inversores británicos, un 25% españoles, un 13% franceses y un 7% italianos, según fuentes del sector. La emisión, que acabó 12.000 millones de demanda, fijó un precio para los títulos de 225 puntos básicos sobre el «midswap». Así, la rentabilidad se situó en el 5,6%, en línea con la última subasta (5,485%) de estos títulos.

Desde el Tesoro descartaron que la operación fuese una estrategia frente a la presión de los mercados. El emisor defendió que es «una práctica habitual» —en 2010 se realizaron otras tres emisiones sindicadas— que en este caso se llevó a cabo porque «no es lógico convocar dos emisiones a diez años en cuatro días», como estaba previsto en la agenda, y por la necesidad de emitir un nuevo título a largo plazo, ya que la obligación a diez años en el mercado secundario está casi agotada. Los analistas explicaron que el Tesoro recurre a estas emisiones cuando, como es el caso, emite por vez primera un nuevo tipo de título Como fuere, la prima de riesgo se elevó ayer por encima de los 240 puntos básicos, informa Moncho Veloso.

Rusia comprará deuda

En cualquier caso, hay motivos para la esperanza. Como el que Rusia anunciara ayer que puede volver a comprar deuda soberana de España. Alexandr Zhúkov, primer viceprimer ministro de Rusia. aseguró que «después de los difíciles años de crisis la economía española se recupera».

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