El independentismo no renuncia al traspaso de las Cercanías catalanas pese a lograr inversiones millonarias

El Ejecutivo ya ha asumido el traspaso al Govern de los fondos que sufragarán este servicio, tan deficitario como esencial para la población. En el libro amarillo de los Presupuestos se recoge que se «aportarán 233 millones de euros para compensar las obligaciones de servicio público de Cercanías y Media Distancia prestados en Cataluña en el ejercicio 2020 ». Si acabasen directamente en el Govern, estos fondos permitirán a Cataluña firmar un contrato-programa con Renfe que asegure una serie de inversiones de la empresa en los servicios de Cercanías de la región. Además, los Presupuestos de 2022 también recogen una cuantiosa inversión en Rodalies: 1.300 millones. Solo desde el Ministerio de Transportes se invertirán 952 millones.

Pero los partidos soberanistas no se conforman con la lluvia de millones. En parte, porque consideran que, como ha ocurrido otros años, se ejecutará un montante muy reducido de estas cuantiosas inversiones. Hace meses distintas formaciones políticas comenzaron una campaña para hacerse con las competencias completas del servicio y que el Estado transfiera a Cataluña el material rodante y los trabajadores de Rodalies. Una reivindicación que ha ido subiendo de tono conforme se acercaba la presentación del proyecto de Presupuestos.

Todas las miradas se dirigen ahora a ERC, clave para las cuentas. El partido republicano no ha mostrado públicamente las exigencias que planteará al Ejecutivo para apoyar las cuentas, pero ha dejado claro que, por el momento, su respuesta es ‘no’. «Nos sentaremos y hablaremos. Utilizaremos la fuerza que tenemos, con 13 diputados, para hacer cosas», explicó el jueves el portavoz en el Congreso de la formación, Gabriel Rufián. Fuentes parlamentarias dan por hecho que el asunto de Rodalies saldrá a relucir en las negociaciones, si bien no se descarta que se llegue a algún tipo de acuerdo para que la mesa bilateral entre Gobierno y Generalitat que se celebrará este mes sea la que aborde el conflicto.

Desde otros sectores del independentismo la posición está todavía más clara. Por ejemplo, en JxCat. El vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, denunció este jueves el estado del servicio de Rodalies aprovechando que una usuaria había encontrado hongos en un vagón. « Es la caricatura de un modelo de gestión desde 600km que no funciona . Sólo un traspaso integral a la Generalitat hará que las Cercanías en Cataluña funcionen de verdad», escribió en su cuenta de Twitter.

El Gobierno se ha mostrado, hasta el momento, contrario al traspaso completo de competencias. La secretaria de Estado de Infraestructuras, Isabel Pardo de Vera; el presidente de Renfe, Isaías Táboas y la presidenta de Adif, María Luisa Domínguez, prometieron en una reunión mantenida con los sindicatos que la cesión de trabajadores no se llevaría a cabo.

La propia ministra de Transportes , Raquel Sánchez, afirmó el mes pasado que los planes del Gobierno pasan por «saber cómo desencallar la transferencia de recursos para que la Generalitat asuma el pago a Renfe, y no hacerlo a través del Ministerio». Unas declaraciones que, sin embargo, moderó en la presentación de los Presupuestos de su departamento del pasado jueves, cuando se limitó a explicar que la cuestión más urgente es abordar los mecanismos legislativos que permitirán este traspaso de fondos a la Generalitat.

Mientras, la plantilla de Renfe sigue atenta a la negociación. De hecho, la razón principal de la huelga de maquinistas que paralizó a principios de mes las Cercanías de ciudades como Barcelona, Madrid y Valencia era protestar contra la cesión de Rodalies a la Generalitat. Fuentes sindicales explican que el Gobierno se comprometió con los maquinistas, por escrito, a abordar solo una cesión de fondos a la Generalitat. «Si esto no se cumple tendremos que retomar las movilizaciones», destacan estas fuentes.