Grecia se sale de los focos

La semana pasada, José Manuel Durão Barroso, el presidente del Comisión Europea, visitó a Atenas para desbloquear el próximo tramo de ayuda de 31.000 millones y para asegurarse de que el país «va a cumplir» . De hecho, coincidió en fechas con miembros de la Troika (inspectores de la CE, BCE y FMI). La ayuda se supedita, claro, al cumplimiento de los compromisos del nuevo primer ministro griego, Antonis Samaras, y un nuevo paquete de recortes de 11.600 millones euros.

Mientras Barroso estaba en Atenas, en el parlamento alemán se especulaba sobre la salida de Grecia de la Eurozona. «Es mejor para Europa que Grecia abandone el euro: es mejor para la UE, para la Eurozona y también para la propia Grecia», manifestaba Markus Söder, ministro de Hacienda de Baviera y socio de Merkel. Su partido, el CSU (en coalición con Merkel), ya había recomendado a Grecia que comenzase a utilizar el dracma para pagar la mitad de los sueldos de sus funcionarios, porque « un retorno suave a la antigua moneda en Grecia es mejor que un cambio brusco».

Este lunes también hubo otro detalle significativo . El encuentro que mantuvieron el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, y el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, finalizó con la elaboración de un comunicado conjunto en el que se repartían parabienes para los países que están ahora mismo con dificultades en la Eurozona . Menos para uno, del que directamente se pasaba de largo. «Ambos (Schäuble y Geithner) acogieron con beneplácito el ejemplo irlandés de la exitosa colocación de bonos a largo plazo con éxito y el mismo éxito continúo de Portugal en el cumplimiento de los compromisos del programa. Y hablaron de los considerables esfuerzos realizados por España e Italia , para seguir con las reformas fiscales de largo alcance y estructurales», decía dicha nota de prensa.

Y detrás de todas estas declaraciones, descuidos, reproches y omisiones, está el escepticismo (sobre todo alemán) al plan de ayudas al país. El cual ha recibido alimento académico, concretamente del Instituto de Investigación Económica de Múnich (IFO), que calcula que « la salida de Grecia del Euro en caso de insolvencia resultaría algo menos costosa para Alemania y Francia que la hipótesis de mantener al país heleno dentro del Eurosistema». O los economistas del Citigroup, que estiman que será el 1 de enero de 2013 cuando se produzca la salida definitiva del euro del país heleno.

« Grecia es parte de la UE y no la dejaremos sola », pronunciaba Merkel hace más de dos años, en la previa al primer rescate heleno. En la hemeroteca traicionera también se encuentra el resultado de las pasadas elecciones griegas del 17 de junio. Esas en las que decían sí al euro.