El Gobierno busca desacreditar a Hernández de Cos con Escrivá como punta de lanza

Sin duda, los dos ministerios que más se han significado en contra del Banco de España , y más concretamente en disensión con del contenido de los informes y valoraciones realizadas por parte de la institución sobre la evolución de la economía, han sido en los últimos meses el de Trabajo y Economía Social y, más insistentemente, el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones .

Con motivo de la reforma de pensiones puesta en marcha desde inicios de año y con parte de las medidas a implementar aún pendientes de negociar, el supervisor ha advertido en distintas ocasiones sobre el impacto nocivo para las cuentas que pueden acarrear algunos aspectos incluidos en la normativa. Sin ir más lejos, las proyecciones del Banco de España apuntan a que tras la reforma aplicada por el Gobierno y en ausencia de nuevas medidas que contribuyan a poner los costes del sistema bajo control el déficit público podría anclarse de forma estructural en niveles próximo al 6% del PIB y la deuda pública irse hasta el 140% del PIB.

Este último Informe Anual de la institución ha desatado la última ola de ataques desde el Ejecutivo. Por un lado, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá , aseguró tras conocerse estas proyecciones de deuda que el análisis de la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos estaba basado en información desfasada, con falta de consistencia técnica, y sin aportar ni un solo elemento nuevo al debate sobre la pensiones. «Hay una falta de sofisticación en el análisis del Banco de España sobre las pensiones», señalaba. Y más allá, el ministro pone en entredicho la calidad y fiabilidad de los resultado: «No tiene sentido hacer una regla automática a diez años vista»

Fuentes oficiales confirman, no obstante, que no existe tal «conflicto» entre la institución y el responsable de Seguridad Social , si bien deslizan la idea del entrometimiento en ciertos temas de la economía: «Habría que ver cómo son las opiniones sobre pensiones de los bancos centrales de otros países».

En este tono, precisamente, se despachó la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz , tras la recomendación del Banco de España de incluir en el pacto de rentas a pensionistas y funcionarios y no revalorizar sus rentas con la inflación. «Me preocupa, porque parece desconocer que la mayor parte de las pensiones no alcanzan una renta de mil euros al mes», afeo al presidente de la institución. Aunque la vicepresidenta asegura tener «una magnífica relación con el gobernador», «gran respeto e incluso cariño», apostilla que «no obsta a que tenga que compartir las opiniones que vierte, a veces sobre cuestiones que no son de su competencia».

Asimismo, como punto de fricción estuvo también la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) por el análisis que ha venido realizando el supervisor con los sucesivos aumentos impulsados por el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Concretamente, el Banco de España calculaba recientemente que el alza del SMI de 2021 de 735,90 a 900 euros (22%) resto al mercado laboral más de 100.000 puestos de trabajo. Mientras que el Gobierno defiende desde el ministerio de Díaz un paulatino incremento de las rentas mínimas del trabajo que lleguen al menos hasta el 60% del salario medio en España.

«Igual que hay personas que han demostrado que no conocen el carácter estable del contrato fijo discontinuo, me quedo sorprendida de que el Gobernador del Banco de España no sabe la diferencia entre empleo y contratación , y esto es bastante grave«, señalaba Díaz esta semana insistiendo en que »si una institución como esta no sabe discernir eso es que no estamos muy bien, pero haremos la pedagogía que sea menester«.

En el Gobierno , más allá, se han marcado como objetivo sembrar la duda sobre los trabajos que realiza el Banco de España; pensiones y mercado laboral son los temas más espinosos para el Ejecutivo y contar con críticas desde la institución dirigida por De Cos sienten que va contra sus intereses políticos, según las fuentes consultadas. En la estrategia se engloba al conjunto del Gobierno pero no todos actúan de la misma manera. La vicepresidenta económica Nadia Calviño es la más comedida en la crítica; es más, fuentes cercanas al Ministerio de Asuntos Económicos explican que esta mantiene en buena estima al gobernador y le respeta profesionalmente. Por este lado no surgen los problemas, pese a las discrepancias en el análisis que pueda haber.

La punta de lanza de los ataques está en el ministro Escrivá. Este no mantiene una buena relación con De Cos desde hace tiempo y es quien encabeza ahora la campaña de descrédito hacia su institución. Los varapalos asestados por el Banco de España a la reforma de pensiones han sido el detonante de que el ministro saque la artillería dialéctica en público.

La batería de ataques contrasta con la carrera que ha mantenido el propio Escrivá. Este conoce bien el funcionamiento del Banco de España ya que inició su trayectoria en la institución, en distintos puestos en el servicio de estudios. También pasó por instancias internacionales y BBVA Research, aunque su exposición pública comenzó al frente de la Autoridad Fiscal (Airef) . Precisamente, en su desembarco en la Airef, tiró de agenda de su etapa en el Banco de España y fichó a cinco personas del supervisor. Algo que luego le valió un tirón de orejas del Tribunal de Cuentas por irregularidades administrativas en su contratación.

Por otra parte se encuentra Yolanda Díaz, que ha seguido los pasos de su compañero de Consejo de Ministros al atizar al Banco de España y al gobernador, pero fuentes cercanas a este último organismo entienden que esto forma parte de su 'modus operandi' político y entra dentro de lo esperado como parte del ala más a la izquierda del Gobierno.

En los pasillos del supervisor, pese a todo, no están preocupados por los ataques recibidos desde el Ejecutivo. Son sabedores de que a menudo sus trabajos y análisis no despiertan simpatías en todos los ámbitos sociales y políticos, y aceptan la crítica argumentada, si la hubiera. Porque en las entrañas del Banco de España no pasa desapercibido que los ataques no son técnicos ni de concepto, sino que casi rozan en algún caso la animadversión personal.

Fuentes cercanas al organismo destacan que lo esperado, relativamente, es encontrarse con más o menos simpatías en cada gobierno. Que las críticas van en su sueldo y en la exposición pública que tienen sus trabajos. Y recuerdan que es habitual que un gobierno, sea del color que sea, difiera con los planteamientos del supervisor, que es una organización independiente.

Lo que difiere en esta ocasión de otras anteriores es el tinte casi personal que han adquirido los ataques. Fuentes empresariales destacan que optan por desprestigiar a la institución y al gobernador en ese sentido porque carecen de argumentos para rebatir los análisis. Y diferencian en este sentido el talante que ha mantenido Calviño hacia el Banco de España -que no hacia el INE-, respecto al trato que ha demostrado Escrivá primero y luego Díaz.

Asimismo, como contraposición al desprestigio que busca el Gobierno, cabe destacar que durante el mandato de De Cos se ha logrado un hito en forma de ascenso para un español, Óscar Arce , de lo cual no hay precedentes. Desde junio de 2018, Arce ha ocupado el cargo de director general de Economía y Estadística del Banco de España y recientemente ha sido nombrado director general de Economía del Banco Central Europeo (BCE) . Un salto a escala de la zona euro que según las fuentes consultadas avala el rigor con el que ha trabajado la institución y el equipo más cercano del gobernador, una figura muy técnica que se ha rodeado también de técnicos con parecido conocimiento.

Más allá de ello, en el Gobierno están pensando ya incluso en el posible sucesor de De Cos. El gobernador accedió a su cargo en 2018 con un mandato de seis años, sin posibilidad de ser prorrogado. A este Gobierno PSOE-Podemos o a otro de distinto color político le corresponderá mover los hilos de quien asuma en 2024 el cargo de máximo dirigente del supervisor. Quedan todavía dos años para que esto llegue pero en en el actual Ejecutivo aspiran a pensar ya en posibles sucesores más afines a los postulados de la izquierda. Y también en quitarse a De Cos del panorama español.

En dos años termina el mandato del actual jefe del Banco de España y su reputación le permite catapultarse hasta instancias europeas, como recuerdan fuentes empresariales. Una opción, la de acabar en Europa, que no terminaría por desagradar al propio De Cos, y en esto piensa también el Ejecutivo en su idea de que marche con sus análisis fuera del ámbito nacional .