La Eurozona ultima el segundo rescate de Grecia, que incluye plazos más largos y rebaja de tipos

El nuevo plan de salvamento de Grecia lo realizará materialmente el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FESF en sus siglas en inglés), que fue creado en mayo del año pasado con 440.000 millones de euros con aportaciones de todos los países del euro en función de su cuota de participación en el capital del Banco Central Europeo, y esta vez también dará créditos al Banco Central de Grecia para que esta institución compre directamente la deuda en el mercado, con lo que sustituiría en esta labor al Banco Central Europeo.

Entre las novedades figura también que entre las nuevas capacidades del Fondo de Estabilidad o Fondo de Rescate estará la de poder dar préstamos a los países que tengan problemas para financiarse en los mercados, aunque no necesariamente estén siendo «rescatados», como es el caso hasta el momento de Grecia, Irlanda y Portugal.

El acuerdo, que aún está siendo ultimado por los jefes de Estado y de Gobierno, está a falta aún de encajar la exigencia alemana de que participen en este segundo rescate griego los acreedores privados del país (bancos, aseguradoras y fondos de pensiones) y no es baladí. La cumbre extraordinaria de hoy, en teoría, no puede acabar sin que Alemania consiga alguno de sus objetivos, más allá del segundo rescate en sí mismo, como es la participación, aunque sea de manera colateral, del sector privado.

Además quedan aún otras incógnitas ya que falta por conocer la relevante opinión del Banco Central Europeo sobre este esquema general de segundo rescate de Grecia y, a renglón seguido, la de las agencias de calificación financiera, que han seguido minuto a minuto la crisis de la Eurozona y, sobre todo, han advertido de que podrían considerar como una quiebra parcial la participación de los acreedores privados en el rescate, tal y como exigía Alemania, lo que podría tener consecuencias imprevisibles para el conjunto de la Eurozona.