La UE desconfía de las intenciones de Hollande

El presidente francés buscará en Bruselas el respaldo alemán a una política de crecimiento tachada de utópica

La UE desconfía de las intenciones de Hollande afp

ENRIQUE SERBETO

El próximo día 23 se celebra en Bruselas una cumbre extraordinaria prevista con antelación, pero cuya fecha se ha ajustado precisamente para permitir la presentación en sociedad del nuevo presidente francés François Hollande. Para algunos, se trata de la reunión en la que Hollande podrá ... explicar sus tesis sobre una transición desde la política que Alemania ha promovido hasta ahora, basada en el rigor presupuestario; y para otros será el momento para que la canciller Merkel intente convencerle de que sus propuestas de una «política de crecimiento» son sencillamente utópicas en este momento. Por ahora, la Comisión contempla con desconfianza apenas disimulada al nuevo presidente francés, cuya influencia política puede desmontar en un momento la delicada cohesión sobre el cumplimiento del Pacto de Estabilidad.

Algunas personas del círculo más cercano al presidente José Manuel Barroso han reconocido en privado sus temores de que las comparaciones entre Hollande y Rodríguez Zapatero podrían ser «demasiado certeras» y que el nuevo presidente francés podría dejarse llevar más por sus convicciones ideológicas que por los razonamientos técnicos que ha impuesto Alemania para luchar contra la crisis. Por el momento, Hollande ha anunciado que lo primero que hará nada más ser investido el próximo día 15 será ir a Berlín para hablar con la canciller Angela Merkel, pero el primero en reunirse con él ha sido el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que es quien ha convocado la cumbre extraordinaria, una cena, en Bruselas. Al día siguiente fue el presidente del eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, quien acudió a París para ver a Hollande, con la idea de asegurarse de que el nuevo presidente mantendrá los compromisos de su predecesor en la reducción del déficit y la contención del gasto público, cosa que Hollande ha prometido.

Sin embargo, nadie ignora que la política de austeridad es claramente impopular y que se ha impuesto en un momento en el que no ha hecho sino acentuar los problemas de crecimiento de ciertos países periféricos. Algunos funcionarios europeos siguen pensando que la llegada de Hollande «es un acontecimiento positivo que ya ha cambiado el ambiente en Europa que estaba asfixiándose a causa de la obsesión con la austeridad presupuestaria».

En parte, es cierto que ha cambiado el ambiente y, de hecho, Alemania ha dado ya señales de que puede aceptar una política más laxa en relación a la inflación, aumentando los salarios de sus trabajadores, de modo que puedan consumir más y ayudar al resto de la zona euro. Hay expertos que consideran que este cambio anunciado por el todopoderoso ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, es precisamente la señal de que Alemania no dejará que los demás países flaqueen en la estricta «cura de adelgazamiento» que impone el pacto de estabilidad. La cumbre estará centrada precisamente en preparar las políticas de crecimiento que son las que verán la luz en el Consejo de final de la Presidencia danesa. Pero a la vista del margen de maniobra que existe, nadie debe esperar milagros, ni alemanes ni franceses.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios