La UE duda de Grecia y pide garantías para liberar el segundo rescate
El nuevo plan de ayuda financiera se queda sobre la mesa, a la espera de que el Parlamento heleno apruebe las medidas pactadas con la troika
Los ministros de Economía de la zona euro recibieron las noticias del acuerdo en Atenas con cierto alivio, pero no lo bastante como para dar por cerrada la crisis griega. Los reiterados incumplimientos de las autoridades helenas han dejado un poso que pesa como ... una losa sobre el ambiente de Bruselas. Ya lo advirtió al entrar a la reunión del Eurogrupo el responsable alemán de Finanzas, Wofgang Schäuble, al decir que el primer ministro griego, Lucas Papadimos, no debía esperar una decisión solemne aprobando la entrega del siguiente tramo de la ayuda financiera a Grecia, a pesar de reconocer que se habían producido «avances». Los ministros se volverán a reunir el miércoles para ver si el Parlamento ha aprobado los nuevos planes de reforma y si el Gobierno ha encontrado de dónde recortar 325 millones de euros adicionales este año. El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, debe prepararse para enviar a Grecia un ejercito de funcionarios para que supervisen la puesta en marcha de las reformas y la ejecución del presupuesto griego.
Al presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker le preguntaron sobre las razones de este organismo que no ha servido más que para presionar a los representantes de los partidos griegos, que no acababan de dar su visto bueno al nuevo paquete de recortes, sobre todo en el capítulo de las pensiones. El criterio político en Bruselas es que « no habrá nuevo tramo de ayuda de al menos 130.000 millones de euros, con la misma premura con la que han estado exigiendo pasos concretos a las autoridades griegas».
En todo caso, el ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, entró a la reunión ayer tarde diciendo que «después de un largo y duro periodo de negociaciones, finalmente tenemos un acuerdo a nivel técnico con la troika para un nuevo programa (de reformas) fuerte y creíble». El matiz de considerar «técnico» el acuerdo no ha escapado a los observadores. Según Atenas también hay un pacto con los acreedores privados para una reestructuración voluntaria de la deuda, que es la segunda pata de las negociaciones, tras lo cual «lo que necesitamos ahora es el respaldo del Eurogrupo como último paso». Ese último paso tendrá que esperar hasta que se ratifique el acuerdo político sobre el plan de recortes que deben rebajar la deuda pública griega desde el actual 160% del PIB hasta llegar a un 120% en 2020.
Según Schäuble, lo que Papadimos ha puesto sobre la mesa « no cumple todavía las condiciones que fueron claramente descritas en el Consejo Europeo ». La situación de Grecia es de tal preocupación en la UE, que el propio Schäuble le confesó a su homólogo portugués, Vítor Gaspar, que la UE y el FMI estarían dispuestos a flexibilizar el rescate de 78.000 millones para el país luso, una vez que se resuelva el problema heleno.
Hasta el propio Juncker admitió que no era previsible un acuerdo definitivo en la reunión de ayer, a falta de una plasmación más concreta del plan de reestructuración . El ministro holandés, Jan Kees de Jager, también había advertido que no le bastaba el anuncio de Papadimos de haber alcanzado un acuerdo con la troika, sino que «primero tenemos que ver qué dice la troika sobre si Grecia ha adoptado todas las acciones necesarias para que se desbloquee el segundo programa» de ayuda financiera.
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