España se proponer captar un millón de turistas chinos en 2020

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), cien millones de chinos viajarán al extranjero en 2020, tres veces más de los 31 millones de turistas que lo hacían en 2005 y casi el doble de los 57 millones del año pasado. De ellos, dos millones y medio escogieron Europa como destino , pero sólo 102.000 recalaron en España. Además, únicamente 42.000 obtuvieron su visado en uno de los tres consulados españoles existentes en China, lo que significa que entraron a través de otro país europeo como primer destino.

Con 52,6 millones de visitantes, España fue el año pasado el cuarto país del mundo en recepción de turistas, por detrás de Francia, Estados Unidos y la propia China. Pero aún se encuentra muy por detrás de otras naciones europeas, como Reino Unido, Alemania o Italia, a la hora de recibir viajeros procedentes del gigante asiático.

Para aprovecharse de esta auténtica oleada de turistas chinos, que se han enriquecido al amparo del extraordinario crecimiento económico que vive su país, el ministro Sebastián se ha propuesto atraer 300.000 viajeros en 2015 y un millón cinco años después.

Con dicho fin y un presupuesto inicial de 800.000 euros, que ascenderá a tres millones en 2020, el Gobierno ha puesto en marcha el Plan Turismo China, que prevé agilizar los visados, aumentar los vuelos entre ambos países, adaptar la oferta española a la demanda de los nuevos visitantes y promocionar los atractivos del país.

«Hemos reforzado el personal en los consulados de Pekín, Shanghái y Cantón (Guangzhou) y se externalizará la tramitación de los visados a través de una empresa privada», anunció el ministro de Turismo, quien confió en alcanzar el medio millón de visados en 2020.

En la actualidad, sólo la aerolínea Air China ofrece cinco frecuencias semanales directas entre Madrid y Pekín, pero Miguel Sebastián anunció «contactos con empresas y autoridades aeroportuarias para llegar a 50 frecuencias semanales y un millón de plazas en el aire en 2020».

Otro de los aspectos a mejorar consiste en la adaptación de la oferta turística española al público chino, que exigirá formar en mandarín a un millar de guías cada año y ofrecer los servicios que demandan en restaurantes, hoteles, museos y centros comerciales. A juicio del secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, «el visitante chino hace un turismo de ciudad, cultural, de compras y gastronómico. Se gasta unos 2.500 euros por viaje y no está demasiado interesado en el turismo de sol y playa».

Hasta ahora, la mayoría de los chinos que se desplazan a Europa lo hacen en grupos organizados que incluyen la visita de tres o cuatro países en poco más de una semana o diez días . Con apenas unos minutos para retratarse ante los monumentos más emblemáticos de cada ciudad, el plato fuerte de estos viajes exprés son las compras en boutiques de lujo y las peregrinaciones a los casinos, ya que el juego está prohibido en China.

Para promocionar la imagen de España, el Plan Turismo China se aprovecha del tirón del deporte y la gastronomía nacionales y recurre en sus anuncios a embajadores como el chef Ferrán Adriá, la selección española de fútbol, la de baloncesto, el Real Madrid y las estrellas del motociclismo.