Justo Peral: «A la sociedad le costará aceptar otra huelga, pero no hay salida»

—¿Cómo se encuentran las negociaciones? ¿Siguen estancadas?

—Negociación ni la hay ni la ha habido. Desde hace meses, la empresa se ha dedicado a mandarnos representantes de quinto nivel que nos preguntaban por la familia y por los niños. Ellos mismos reconocían que esa mesa no podía dar lugar a nada. Y, una vez que ese paripé acabó, intentamos seriamente una negociación directa con el consejero delegado. Se sentó diez minutos, nos dijo que se encontraba en «modo actuación» y se marchó. Las nuevas ofertas siempre han sido respondidas de manera unilateral.

—Denuncian que Iberia está cediendo terreno a British.

—El acuerdo de fusión establece que dentro de cinco años la compañía de mayor tamaño se convertirá en la dueña de IAG. El plan director de British Airways (BA) supone una inversión de 7.000 millones en flota. Es muy importante resaltar que, hasta la fusión con Iberia, BA estaba en quiebra, debía 4.500 millones en sus fondos de pensiones y carecía de capacidad financiera. Pues bien, ahora ha anunciado una inversión en flota de 7.000 millones de euros. Está utilizando la caja de Iberia que adquirió, de más de 2.800 millones, para realizar su renovación.

—¿Y por qué una compañía como Iberia iba a desprenderse de forma desinteresada de su negocio?

—Eso yo no se lo puedo contestar. Se lo tendrán que responder los responsables de la gestión de Iberia. Lo que cualquiera puede comprobar es una gestión desde que BA decidió quedarse con Iberia. Antes de la fusión, BA intentó lanzar una opa a traición para hacerse con el control de la compañía. Cuando Fernando Conthe, el anterior presidente, comprobó que BA pretendía quedarse con Iberia sin poner un duro, dimitió.

—Sin embargo, el problema ahora es la creación de Iberia Express, que tachan de «ilegal».

—Ahora se pretende aislar los activos buenos de Iberia, los vuelos de largo radio, y crear una nueva compañía para dividir la aerolínea, cargándose las garantías que dio Conthe de que el crecimiento de Barajas lo iban a encabezar los trabajadores de Iberia. Le dan una base a BA para crear en el sur de Europa una compañía de bajo coste para que sean los británicos los que decidan dónde y cuándo viajan los hombres de negocios españoles.

—¿Por qué dice que Iberia Express estará controlada por BA?

—Yo no digo que esté controlada por BA. Lo que BA controla es el desgajamiento de Iberia. Montar una «low cost» no tiene ningún sentido comercial. Iberia ya ha hecho varios experimentos idénticos y siempre ha fracasado. Y no solo Iberia, también BA, que creó Go y la tuvo que liquidar. Air France también montó Transavia y la acaba de cerrar.

—¿Cuánto van a ofrecer de retribución a los pilotos de Iberia Express?

—Quieren ofrecer a un piloto cobrar como una azafata, 26.000 euros al año. Lo han transmitido de palabra.

—Aún no se han pronunciado de manera oficial. ¿Van a esperar al 20-N?

—En el último convenio firmado en 2009 ya había medidas y cesiones de los pilotos. Conthe firmó unas garantías donde se impedía absolutamente externalizar la producción de Iberia, segregarla o trabajar en red sin llegar a un acuerdo con los pilotos. Esto está siendo violentado con total descaro por la empresa.

—Insisto, la situación no ha cambiado, y lo que muchos no entendemos es a qué están esperando para convocar una huelga que presentaron como inminente.

—Hay un tema que está determinando la fecha de la huelga: creemos que esta decisión de la empresa afecta a todos los empleados de Iberia. Tenemos acuerdos firmados con los pilotos de BA, que van a coordinar su acción con nosotros. Sepla no quiere decidir el cuándo, el cómo y el dónde. Sin embargo, Iberia ha elegido este momento, probablemente, para que convoquemos huelga estas navidades.

—¿Por qué iba a hacerlo? ¿No sería tirar piedras contra su propio tejado?

—Lo intentó el pasado verano, con provocaciones. Su objetivo es crear un determinado ambiente, despertar el escándalo dentro de la sociedad para encubrir que está regalando BA y se está cargando el convenio de los pilotos. Busca un paralelismo con el caso de los controladores.

—¿Y qué decisión van a tomar?

—Haremos lo que acordemos con los demás sindicatos, en las fechas que acordemos. Pero nosotros no vamos a cometer ninguna ilegalidad. Las huelgas que hagamos serán legales. A la sociedad le va a costar mucho comprender una nueva huelga, pero cuando no hay más salidas... tiene que llegar.

—¿Tendremos un pronunciamiento oficial antes de diciembre?

—Esperaremos a que acaben las elecciones sindicales. En cuanto lo tengamos decidido, lo pondremos en marcha de inmediato.

— Se les considera un colectivo privilegiado. ¿No será que tratan de defender derechos de clase?

—En la propuesta que hemos hecho estamos exigiendo que se nos baje la mitad del salario, que se nos congele el sueldo y la posibilidad de ofrecer un 15% de productividad más. Vamos a hacer la huelga más rara de la historia de los trabajadores españoles, porque lo que nos rechazan es una bajada y una congelación del sueldo.

—Dijeron que iban a denunciar los planes de Iberia Express. ¿En qué fase se encuentra?

—Tenemos contratado un bufete de abogados, Roca Junyent. Tras realizar un informe jurídico, nos dijeron que los planes de Iberia eran ilegales. Ese bufete está preparando una demanda. No vamos a esperar a ninguna resolución judicial. Por desgracia, la justicia en España va muy lenta.