La UE se divide ante las posibles sanciones a España por el déficit

Esta es la primera gran decisión que ha de tomar la Comisión Europea después de que se haya consumado el drama del referéndum sobre la salida del Reino Unido y cuando ya se ha levantado una ola de críticas en Alemania contra la gestión de Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión. Hay quien cree que ahora Berlin presiona para que las reglas europeas se cumplan sin contemplaciones mientras que otros creen que es al revés, que están agazapados esperando que la Comisión inicie el procedimiento sancionador para lanzarse contra una decisión que perjudica a la recuperación.

En todo caso, en Bruselas nadie ignora que ni siquiera están de acuerdo el comisario de Asuntos Económicos, el socialista francés Pierre Moscovici , y el vicepresidente para el Euro, el exprimer ministro letón Valdis Dombroskis . El primero ha aprovechado la situación para juntar los dos expedientes, el de España y el de Portugal, aprovechando que cada uno pertenece a una familia política -populares en España, socialistas en Portugal- para que las posibles presiones de las familias políticas se anulen unas a otras. Moscovici es partidario de que no haya sanciones, porque sentarían un precedente para Francia, pero Dombroskis, de afiliación popular, es partidario de imponer el vcastigo, aunque sean reducidas a una medida simbólica.

Según las últimas versiones que circuilaban ayer tarde, la Comisión debatirá hoy sobre el caso de los expedientes de España y Portugal , pero aplazará la decisión de iniciar el procedimiento hasta el jueves, para dejar que los comisarios maduren su voto. Se trata de someterlo al llamado procedimiento escrito, que supone que se aprueba si terminado el plazo legal nadie se ha manifestado en contra.

Eso complica pero no impide que la presidencia eslovaca incluya si así lo considera el caso en el orden del día de la reunión del Ecofin del 12, el último antes del parón veraniego. Si el Ecofin aprobase el criterio de la Comisión eso llevaría el calendario de la decisión final sobre las sanciones a finales de agosto. Pero en el seno de los ministros de Economía y Finanzas tampoco hay unanimidad . Francia e Italia se oponen abiertamente, Alemania tiene dos versiones y tiene, sobre todo, elecciones el año que viene.