El Covid-19 arrasa con la burbuja del alquiler en España

Así las cosas, un estudio del mismo portal atestigua que aunque el precio medio del alquiler subió un 0,91% en octubre de forma internanual en el país, en las capitales de provincia donde la oferta de alquileres es más extensa los precios tiraron a la baja. De hecho, lideran este ranking los cuatro mayores núcleos urbanos del territorio español con Valencia en primer lugar (-13,39%), Sevilla en segundo (-13,33%) seguidos después de Madrid y Barcelona, las dos con un descenso del 11,77%. Mientras, por comunidades autónomas, las que más sufrieron la bajada de precios fueron Castilla-La Mancha Comunidad Valenciana, País Vasco, Madrid y Extremadura.

Según explica Ferran Font, director de Estudios de Pisos.com, «ser inquilino en la mayoría de las grandes capitales ya es más barato que el año pasado, aunque las mensualidades siguen siendo altas para buena parte de la población». Una realidad que se explica con el espectacular aumento de oferta de alquiler que se ha producido en todo el país, con un 38% más de viviendas con el cartel de «se alquila» respecto a octubre del año pasado.

En el mes de marzo, cuando se decretó el estado de alarma por el estallido de la crisis sanitaria del Covid-19, la aplicación del teletrabajo por parte de las empresas y la suspensión del curso académico provocaron que miles de trabajadores y estudiantes abandonasen las capitales de provincias, epicentros del trabajo cualificado y de la vida universitaria. Algo que se tradujo en que al final del confinamiento los arrendamientos de temporada no se vieran prorrogados. Según datos del Idealista, en núcleos como Madrid y Barcelona el parque de inmuebles en alquiler aumentó en junio un 26% y un 14%, respectivamente .

En línea con este hecho, fueron las capitales de provincia de la «España vaciada» las que más pisos ocupados sumaron desde el inicio de la pandemia. Asimismo, sorprende, por ejemplo, el decrecimiento desde marzo de la oferta de alquileres en la ciudad de Cuenca, que superó el 50%. A ella le siguieron Badajoz (-22,3%), Ciudad Real (-17,5%), Zamora (-12,2%), Burgos (-5,5%) y Soria (-3,9%) , tal como reflejan los datos de Idealista.

Los pisos turísticos tampoco son ajenos al devenir del mercado del alquiler. Tuvieron en su momento incidencia sobre los precios del residencial, y ahora también de su caída. La mala gestión del Gobierno en la «nueva normalidad» , que hizo sacar a toda Europa la tarjeta roja a España, acabó con la llegada de visitantes extranjeros y la vivienda turística quedó abandonada a su suerte. La patronal de los alojamientos turísticos españoles, Fevitur, cifra en 9.000 millones las pérdidas acumuladas por el sector en 2020 y estima que la falta de turistas en verano, más los festivos perdidos por la ola de restricciones y el anuncio del nuevo estado de alarma del Ejecutivo socialcomunista, han desembocado en que el 18% de los propietarios de estas viviendas ya han hecho el trasvase a alojamiento residencial. Si aumenta la oferta, mientras cae la demanda, el efecto sobre el precio es caminar hacia abajo.

El presidente de Fevitur, Tolo Gomila, matiza que «la mayoría de los alojamientos turísticos que han mutado a vivienda residencial lo han hecho dentro de la modalidad de arrendamiento por meses y no de larga estancia» , con la esperanza de que con la llegada de la vacuna anunciada esta semana se impulse la movilidad nacional, pero sobre todo la internacional, y se reactive ya la recuperación aunque sea en «U».

Por su parte, Font señala este nuevo paradigma como uno de los elementos clave en la subida del parque de alquileres en el segundo semestre, aunque aclara «que justifica sobre todo el aumento en las grandes ciudades».

Y en medio de todo este entuerto, volvió a llamar a la puerta el tándem Sánchez-Iglesias. El ala morada del Ejecutivo impuso al PSOE el requisito del control de los precios del alquiler para apoyar los Presupuestos del próximo año, y aunque finalmente esta proposición se quedó fuera de los acuerdos, el presidente del Gobierno se comprometió con su segundo de a bordo a llevar a cabo la aprobación de estos mecanismos .

A nivel autonómico, este tipo de regulación ya tiene precedentes en Cataluña desde septiembre . Pero en tan solo dos meses se puede hablar de fracaso. Los datos de Pisos.com tasan una subida del 2,86% en el precio del arrendamiento en Cataluña, tan solo un mes después de aplicarse una norma que lo que perseguía era precisamente lo contrario. Porque los inversores inmobiliarios huyen a otras regiones con mejores condiciones como Madrid , y los propietarios, ante la caída de la rentabilidad, deciden pasarse al «se vende». «La inseguridad jurídica que introduce esta regulación tanto para propietarios como para inversores, en proyectos en marcha y en aquellos planificados y no iniciados, puede ser un desincentivo para el incremento de la oferta de viviendas en alquiler», detalla Sandra Daza, directora general de Gesvalt. Y la asociación de propietarios Asval denuncia que «la contracción de la oferta que está provocando empieza a dificultar el acceso al alquiler a los colectivos con menos recursos».