Las cajas de Catalunya, Tarragona y Manresa crearán una nueva marca

La Diputación de Barcelona, entidad fundadora de Caixa Catalunya, se reserva el 58,6% de los miembros de la asamblea general de la caja resultante, que tendrá 81.600 millones de euros en activos, 9.000 trabajadores en plantilla y 1.600 oficinas.

Los consejeros representantes del personal por CC.OO., sindicato mayoritario en el sector de cajas, dieron su apoyo a la fusión, siempre que se alcance un acuerdo laboral que equipare las condiciones de toda la plantilla sobre la base de las actuales en Caixa Catalunya, lo que supondrá elevar las indemnizaciones y cuantías de las prejubilaciones que se pacten.

La caja resultante podría recibir del FROB 1.500 millones de euros y tendrá una nueva marca que, presumiblemente, no incluirá Catalunya, un extremo que ya ha generado polémica. Antoni Serra Ramoneda, que presidió Caixa Catalunya durante 20 años, reclama a la Generalitat que no permita el cambio de nombre. Sin embargo, la nueva marca es una condición para que la fusión no se antoje una absorción.

En cuanto a la Obra Social, se creará una fundación y se mantendrá las de Caixa Tarragona y Caixa Manresa, que recibirán un 15% de la inversión que la entidad destine como dividendo social. El 70% restante de la inversión en acción social se gestionará directamente por la Obra Social de la nueva entidad.

Con la fusión de ayer, las actuales diez cajas catalanas se reducen a la mitad. La primera concentración la protagonizan las de Sabadell, Terrassa, Manlleu y Girona. Sólo Caixa Penedés y Laietana van, de momento, por libre.