El BBVA prevé que el ajuste en vivienda terminará en 2012 con precios un 30% más bajos
La crisis del mercado inmobiliario podría tocar suelo a principios del próximo año, pero el BBVA matiza que ese hito no supone la normalización del mercado de vivienda.
Según explicó Mayte Ledo, economista del Servicio de Estudios de la entidad financiera, a partir del primer ... trimestre del próximo año las caídas de ventas serán menores y comenzará a producirse una absorción paulatina del «stock» de viviendas, pero en ningún caso puede identificarse ese hecho con el equilibrio entre oferta y demanda, que no se producirá hasta el año 2012 según las previsiones del banco.
Ledo indicó que en estos momentos el mercado se caracteriza por una sobreoferta y una retracción de la demanda, lo que presiona a la baja los precios. Hasta que no alcancen el punto de equilibrio no podrá hablarse de «normalización» del mercado.
Según las estimaciones de la entidad financiera, ese punto de equilibrio se alcanzará en el 30% de caída de los precios con respecto a los existentes en el momento del comienzo de la crisis inmobiliaria. Este año prevé una caída del 10%, a la que se añadirá otro 12% en el próximo ejercicio y un 8% en 2011.
Explicó Ledo que las caídas de los precios irán animando a quienes piensan adquirir una vivienda a hacerlo, al tiempo que el horizonte de quedarse sin deducción fiscal puede jugar algún papel en la toma de decisiones, sobre todo en compradores de viviendas de mayor precio y alto poder adquisitivo, que serán los más afectados por la supresión de la desgravación.
En contra de esta tendencia de estabilización progresiva jugará el hecho de que durante este periodo se seguirán añadiendo nuevas viviendas al mercado, como resultado del decalaje de dos años entre el comienzo de las obras y la entrega de las viviendas, por lo que el «stock» tardará aún en absorberse algún tiempo más.
La entidad fija la evolución del «stock» en una horquilla que podría llegar en su momento álgido hasta el millón y medio de viviendas en manos de los promotores y sin vender.
Ledo defendió que esta crisis debe hacer reflexionar sobre el excesivo peso de la vivienda en propiedad en el mercado español y defendió la necesidad de fomentar el alquiler. No obstante, insistió en que el auténtico problema viene derivado de la falta de seguridad jurídica apreciada por los propietarios de viviendas susceptibles de ser alquiladas e indicó que las actuaciones del Gobierno para fomentar el alquiler deben ir por este camino y no por el que se indica desde algunos sectores, que sugieren que el Estado debe comprar los pisos invendidos a los promotores para destinarlos al alquiler.
También se refirió Ledo a la posibilidad de una reforma del sistema hipotecario español para que la vivienda sea la única garantía del crédito. Insistió en que el sistema español ha funcionado bien y que no debería cambiarse para adaptarse al estadounidense, que ha funcionado mal.
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