La banca se juega 10.500 millones en las suspensiones de promotoras inmobiliarias

Y para terminar de configurar el panorama, añadir que la situación de DHO, que hace pocos meses deshizo su fusión con Dico (que entró en concurso) para asegurar su viabilidad, es crítica, con graves problemas en los pagos y fuentes del sector apuntan que negocia con los bancos una solución «in extremis» que permita su supervivencia.

Un panorama cuando menos sombrío que viene a ratificar la opinión de «The Economist», que asegura que el auténtico «subprime» de la banca española es el crédito de los promotores inmobiliarios. Y es que los impagos comienzan a llegar al nivel de preocupante, al punto de que son muchos analistas los que atribuyen un 90% del aumento de la morosidad a los impagos empresariales, en especial constructores, inmobiliarios y empresas de sectores colaterales y sólo un 10% a los particulares.

Las tres mayores

¿Y desde el punto de vista bancario, cómo es la situación? Haciendo un pequeño rastreo de las deudas de las tres mayores empresas en concurso de acreedores -Martinsa, Habitat y Tremón-, Caja Madrid ocupa el primer puesto del ránking de deudas, con casi 1.250 millones de euros en peligro con estas tres empresas. La entidad que preside Miguel Blesa no se ha librado de ninguna de las tres grandes caídas, pero está especialmente expuesta a Martinsa, a la que concedió nada más y nada menos que 1.000 millones de euros en créditos. Desde la caída de la mayor promotora española, Caja Madrid ha reiterado que estas cantidades están provisionadas y no suponen problema alguno.

La Caixa se sitúa en segunda posición. También es acreedora de las tres mayores inmobiliarias en proceso concursal y en total tiene una exposición de poco más de 1.000 millones, destacando los 700 millones con Martinsa-Fadesa. La tercera posición la ocupa el Banco Popular, con unas deudas conjuntas de 740 millones y también «pillado» en los tres concursos. En Martinsa, las cantidades pendientes ascienden a 400 millones.

Llama la atención la escasa exposición relativa de Santander -375 millones- y BBVA -450 millones- en estos tres concursos, aunque cabe decir que en otras inmobiliarias en problemas, como Metrovacesa, su exposición es muy relevante, al punto de haber tenido que capitalizar sus créditos a cambio de un 9% del capital de la inmobiliaria.

Sin embargo, a pesar de lo significativo de esta clasificación, fuentes financieras subrayan que «no es demasiado extrapolable esta clasificación y no debe tomarse como situación real», ya que algunas cajas están literalmente asediadas por los impagos de pequeños promotores locales cuyos concursos no trascienden pero cuya suma termina por configurar cantidades importantes.

Las cajas y la promoción local

Para entender mejor el efecto que pueden tener estos «promotores locales», basta decir que entre los mayores promotores inmobiliarios españoles, los que se integran en el G-14, suponían una cuota de mercado de apenas el 10% de la actividad de edificación en el momento álgido del «boom inmobiliario».

Más aún, la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE) representa aproximadamente el 60% de la actividad real de promoción, por lo que hacer una aproximación al censo de promotoras españolas es tarea prácticamente imposible. Las fuentes consultadas han subrayado que «las cajas han sido mucho más activas en la financiación de los promotores locales y particularmente las que operan principalmente en Levante, Murcia y Andalucía tendrán unas cifras más elevadas de lo que pude dar a entender el simple análisis de los tres concursos más importantes».

Según los cálculos del sector financiero las deudas conjuntas de las promotoras e inmobiliarias que se encuentran en concurso de acreedores superan los 10.500 millones de euros. A las tres principales ya citadas hay que añadir otras no menos llamativas.

Llanera fue durante mucho tiempo el mayor concurso de acreedores por deuda en España, con 700 millones de euros. Su proceso concursal comenzó en 2007 y a él siguió un goteo interminable entre las que cabe citar a Seop (con un pasivo de 330 millones), Cosmani (con deudas de 333 millones), Urazca (con 215 millones), Dico (con 500 millones), Restaura (230 millones) y Lábaro, cuyas cifras actuales superan los 700 millones según los interventores.