El pacto salarial se enquista y los sindicatos preparan ya movilizaciones

De momento, lo que sí ha provocado el retraso en las negociaciones es la p arálisis de los convenios colectivos que aún están pendientes de firmar, entre los que se encuentra, por ejemplo, el de banca. Y anticipa tensiones en la negociaciones si no hay unas directrices claras, y más conflictividad en las empresas tras años de estabilidad y de acuerdos gracias a los pactos de rentas alcanzados en los últimos ejercicios.

Tras el repunte en número de huelgas y conflictos que en 2012 provocó la reforma laboral, el número de paros y de horas perdidas por estos conflictos cayó en picado en los dos últimos años, según el informe de conflictividad laboral elaborado por la CEOE. De los más de 40 millones de horas perdidas en 2012 se pasó a los apenas 15,3 millones un año después.

Ahora, las partes ya trabajan en un escenario de ruptura. CC.OO. y UGT diseñan la puesta en marcha de «procesos de movilización» alrededor de los convenios colectivos que están en marcha. Ambos sindicatos denuncian el «estancamiento» de la negociación colectiva (faltan por cerrarse los convenios de 2013 para el 13% de los trabajadores y para el 45% de 2014) y preparan una campaña para defender la negociación colectiva, la mejora real de los salarios y el empleo de calidad, que tendrá su punto álgido el próximo Primero de Mayo, cuyo acto principal volverá este año a Madrid.

«En la incipiente etapa expansiva de la economía, la negociación colectiva debe promover una mejora de los salarios de los trabajadores en términos reales», argumentan los sindicatos. Explican que «es clave para impulsar y consolidar el crecimiento económico y una cuestión de justicia social. Lo contrario implicaría una nueva pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores», concluyen las dos centrales.

Mientras, la patronal apuesta por mantener la senda de moderación salarial para seguir ganando competitividad y los sindicatos hablan ya de subidas de sueldos para incentivar el consumo y apuntalar la recuperación. Desde la organización empresarial se rechaza la propuesta sindical de ligar la evolución de los sueldos al PIB y defienden alzas salariales para 2015 del 0,8 o 0,9 %, y para 2016 del 1,2 o el 1,3% «en función de las características de los sectores o subsectores».

Una oferta de contención salarial que iría ligada a discutir con los sindicatos sobre negociación colectiva «para modernizarla», dicen. Se trataría de negociar la estructura de los convenios, la jornada, el trabajo durante los fines de semana y la composición de las horas sindicales. Pero su propuesta para este año no excederá en ningún caso del 1%, ya que «la prioridad número uno es la creación de empleo y no los salarios», a pesar de la postura sindical, más que reacia a firmar un acuerdo con aumentos de sueldos inferiores al 1%.

Desde la sede de Diego de León, 50, se afirma que pese a que la economía esté repuntando sólo el 35% de las empresas están en beneficios y tres de cada cuatro tienen bases imponibles negativas. «Los grandes convenios, como construcción y química, ya se han firmado, por lo que un acuerdo de rentas serviría de referencia sólo para las pymes», argumentan fuentes consultadas por ABC.

Ni moderar sueldos ni negociar convenios es algo que compartan las centrales. La propuesta salarial de CEOE supondría para los sindicatos que los asalariados perdieran de nuevo poder de compra en un año en que la economía está en plena fase expansiva, con tasas de crecimiento de más del 2%, se quejan las centrales. Recuerdan que en el periodo 2012-2014 ya se hicieron sacrificios salariales por la crisis. Su oferta consiste en subidas de sueldos del 1,5% este año si el PIB supera el 2% y del 2% el próximo si el crecimiento está por encima del 2,5%.

«Los salarios nos gustaría que fuesen aumentando, ¿a quién no?; pero la realidad es otra. Hemos de ser muy cautos e intentar que las empresas nazcan, puedan contratar trabajadores y se expandan en el extranjero», apuntó esta semana el presidente de la CEOE, Juan Rosell. Aprovechó para recordar que «cometimos un grave error durante la crisis» al continuar incrementando los salarios «muy por encima del IPC», pese a la destrucción de empleo, lo que acabó derivando en un pacto de contención salarial para los años 2012, 2013 y 2014, afirmó el presidente de los empresarios.

En el río revuelto de las negociaciones no ayuda en nada la sentencia del Tribunal Supremo del pasado 17 de diciembre, que puso patas arriba uno de los pilares de la reforma laboral: el fin de la prórroga indefinida de los convenios y su limitación a un año. El Alto Tribunal fallaba que los derechos recogidos en los convenios para los trabajadores que están en plantilla siguen vigentes a pesar de que estos pactos hayan caducado y se haya agotado el año de prórroga de un convenio sin acuerdo.

Cómo encajar esta doctrina en los convenios está añadiendo dosis de crispación en las empresas. Desde la CEOE se asegura que no están por la labor de eliminar la ultraactividad «porque está fijada en una ley».

¿Qué argumentan UGT y CC.OO.? Prorrogar la ultraactividad, dicen, garantiza la pervivencia del convenio vencido, da seguridad jurídica en la regulación de las relaciones laborales y evita las disfunciones que ha provocado la reforma laboral.