Andorra establece un «corralito» sobre BPA

Por su parte, el ministro portavoz y de Finanzas del Gobierno de Andorra, Jordi Cinca, ha afirmado este lunes que es «absolutamente necesario mantener la operativa» de Banca Privada d'Andorra (BPA) en una situación que ha calificado de excepcional y transitoria.

En rueda de prensa, Cinca ha enmarcado en este contexto la aprobación este lunes de un decreto de medidas extraordinarias «encaminadas a gestionar la situación tras las sospechas hechas públicas la semana pasada por Estados Unidos de que directivos de la entidad habían participado en blanqueo de capitales para organizaciones criminales internacionales.

El objetivo del decreto del ejecutivo del Principado es «preservar los intereses de los clientes y salvaguardar la estabilidad y el valor de la entidad y la estabilidad y la reputación del sistema financiero andorrano».

Estas medidas incluyen poder fijar límites a la retirada de dinero, medios de pago y traspasos, así como a la recepción y transmisión de órdenes relacionadas con instrumentos financieros. Los administradores también pueden fijar controles extraordinarios por tipo de clientela y de evaluación de sus circunstancias particulares, con especial atención a las pequeñas y medianas empresas.

Clientes de Banca Privada d'Andorra (BPA) hacían cola a primera hora de la mañana a las puertas de algunas sucursales de esta entidad en Andorra para poder retirar dinero de sus cuentas. Algunos de estos clientes han asegurado a Efe que les habían puesto limitaciones a la retirada de efectivo, y en estos momentos comparece ante la prensa el ministro de Finanzas del Principado, Jordi Cinca, para informar de la última hora de la crisis de BPA.

Precisamente este lunes, la Batlle andorrana (la justicia andorrana) ha ordenado el ingreso en prisión del destituido consejero delegado de Banca Privada d'Andorra (BPA), Joan Pau Miquel, por un delito de blanqueo de capitales procedentes del crimen organizado.

La agencia de calificación crediticia Fitch ha rebajado este lunes tres escalones la nota de Banca Privada d'Andorra (BPA), de BB+ a B+, con lo que ha degradado aún más la consideración de bono basura que ya tenía esta entidad. En un comunicado, Fitch justifica esta rebaja de la calificación crediticia por la acusación, por parte del departamento del Tesoro de Estados Unidos, a algunos directivos del BPA de colaborar en el blanqueo de dinero de clientes chinos, rusos, mexicanos y venezolanos, procedente del crimen organizado.

Fitch sitúa la nota de BPA en perspectiva negativa y lo explica por la incertidumbre generada por esta investigación, que entiende que genera «riesgos» sobre la capacidad de BPA de obtener capital y que también afecta a su liquidez. «Fitch cree que la reputación de BPA se verá significativamente dañada», y que esto impactará negativamente tanto en sus filiales como en la solidez del negocio y el perfil financiero de BPA. Incluso en el caso de un desenlace favorable de esta crisis, argumenta Fitch, el perfil de la compañía se debilitará.

Asimismo, Fitch considera que la liquidez y el acceso a capital por parte de BPA «están bajo presión», y que esto puede desencadenar que tenga que recurrir al acceso a financiación del BCE a través de su filial española Banco Madrid.