Guerra abierta y sin precedentes entre Matteo Renzi y los sindicatos
El primer ministro italiano acusa a las centrales de «defender solo batallas ideológicas y no los problemas de la gente». La líder del sindicato mayoritario le ataca porque «tiene en mente el modelo de la Thatcher»
ángel gómez fuentes
La reforma del sistema laboral en Italia ha llevado a un enfrentamiento total y sin precedentes entre el gobierno Renzi y los sindicatos, en especial el mayoritario, la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), ligada siempre a la izquierda y al PD, el partido del primer ministro, Matteo Renzi.
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... La primera estocada la ha dado la secretaria general de la CGIL, Susana Camusso: «El jefe del gobierno tiene demasiado en la mente el modelo de la Thatcher», dijo la líder sindical criticando la reforma del trabajo que proyecta Renzi. Inmediata ha sido la durísima respuesta de Matteo Renzi, grabando un video de dos minutos y medio: «Defendéis las ideologías, no las personas», ha dicho Renzi a la Camusso.
La rigidez laboral frena la inversión
El origen y la clave de esta confrontación está en el célebre artículo 18 del Estatuto de los trabajadores (en España se reformó un contenido parecido en 1997). Este artículo 18 solo rige en las empresas con más de 15 empleados y limita mucho el despido.
La rigidez laboral motiva que la mayoría de las empresas en Italia, que dan trabajo a más del 80% de los trabajadores, tenga menos de 15 empleados . Se han creado así dos clases de trabajadores: tienen muchos más derechos y están más protegidos los funcionarios públicos y los obreros de empresas con más de 15 trabajadores. Pero esta rigidez laboral impide las inversiones extranjeras. De hecho, desde hace años la inversión extranjera en Italia es casi nula.
Bruselas y BCE exigen flexibilidad
Matteo Renzi, por exigencias de Bruselas y del Banco Central Europeo, debe flexibilizar la normativa laboral y en consecuencia modificar o eliminar el artículo 18. La intención del primer ministro italiano es presentarse en la cumbre europea del trabajo en Milán, prevista el 8 de octubre, con un texto de reforma laboral aprobado en el Parlamento.
Pero los sindicatos, y una parte de su propio partido, se han puesto en pie de guerra. La secretaria de la CGIL, Susana Camusso, ha llegado a decir: «Quien desea eliminar el artículo 18 está cancelando la libertad de los trabajadores».
Al mismo tiempo, los sindicatos ha amenazado con manifestaciones y una huelga general, mientras un sector del partido de Renzi, el PD, lo desafía y ataca: «Habrá batalla», le ha dicho el exsecretario del PD y rival en las elecciones primarias del partido, Pierluigi Bersani, la cabeza más visible de la revuelta en las filas del Partido Democrático.
Renzi: «Sindicatos defienden batallas ideológicas»
La respuesta de Matteo Renzi difícilmente podía ser más dura, atacando al sindicato porque «ha pensado en defender solo batallas ideológicas y no los problemas concretos de la gente». La estocada final ha llegado con esta frase: «A los sindicatos que nos protestan yo le pregunto: ¿dónde estabais en estos años cuando se ha producido la más grande injusticia entre el que tiene trabajo y el que no lo tiene; entre los que están a tiempo indeterminado y los que son precarios?» Renzi, en definitiva, acusa a los sindicatos de inmovilismo y haber defendido batallas ideológicas, preocupándose en especial por quienes tienen ya el trabajo asegurado.
Modelo de la «Dama de hierro» como telón de fondo
La guerra, por tanto, entre Renzi y los sindicatos se ha desatado y será muy dura, con el modelo de la Thatcher como telón de fondo. Cuando la Camusso dice que Renzi tiene in mente el modelo de la exprimera ministra británica, dice algo no lejos de la verdad:
Matteo Renzi quiere revolucionar el mercado del trabajo en Italia, poniendo en parte el mismo objetivo que tenía la «Dama de hierro», cuando ganó el duro enfrentamiento que mantuvo con los sindicatos de mineros británicos. Desde aquel momento, cambió la historia del sindicalismo en Gran Bretaña y la imagen del país, haciéndolo más atractivo para los inversores extranjeros, con un sistema laboral más abierto para los jóvenes.
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