Política exterior Después de esta crisis, ya nada volverá a ser igual entre Rusia y la UE
Cañonazos en Ucrania contra sanciones en Bruselas, el peligroso juego de Putin
Esta guerra es el conflicto que de forma más directa ha salpicado a la economía
Cañonazos en Ucrania contra sanciones en Bruselas, el peligroso juego de Putin
Los diplomáticos que representan a los países europeos en las discusiones sobre política exterior se habían propuesto diseñar un sistema de sanciones contra Rusia «que no nos causase a nosotros más perjuicios que a ellos». Y hasta ahora, el precio de la decisión política de ... parar los pies al expansionismo ruso en Ucrania ha sido como «dispararse en el pie» , en palabras del primer ministro húngaro, Viktor Orban, uno de los dirigentes europeos menos sutiles a la hora de definir sus opiniones.
Para países como Chipre, las consecuencias de las restricciones a las actividades financieras rusas pueden ser catastróficas para un país donde los capitales rusos creían tener un paraíso de seguridad. Hasta Francia ha tenido que ceder a las presiones de otros países y ha congelado la venta de dos portahelicópteros de la clase Mistral lo que supone pérdidas de alrededor de 1.500 millones de euros. Para los agricultores mediterráneos o para los productores de leche o patatas de Polonia y Alemania, las medidas rusas de castigo han sido como un jarro de agua fría.
El gigante ING ha calculado que el impacto real de las sanciones en el crecimiento de la economía europea sería insignificante. Sus estudios afirman que la economía europea debería crecer alrededor de un uno por ciento este año, en línea con lo que predice la Comisión Europea. Si se mantienen las sanciones aprobadas en julio contra los sectores financiero, energético y tecnológico, en la economía europea los perjuicios se diluirían en un insignificante 0,05% del PIB. Si las sanciones tienen un efecto multiplicador en la confianza de los inversores y desencadenan efectos colaterales, el peso podría llegar a un 0,2%, que ya es una cifra respetable.
Sin embargo, en Bruselas lo que de verdad están calculando es el daño que pueden hacer esas sanciones a la economía rusa , que es mucho más dependiente de Europa que al revés. En agosto, la compañía Vitol, la mayor empresa occidental de intermediación de petróleo, suspendió una operación que quería recaudar 2.000 millones de dólares para financiar las compras a la rusa Rosneft. El fracaso de la operación ha sido una de las señales más evidentes de la situación creada por las sanciones aprobadas en julio. Las medidas incluían restricciones para la financiación de dos grandes compañías energéticas rusas, Rosneft y Novtek (el segundo mayor productor de gas) que han hecho de estos pagos adelantados de compras futuras su principal fuente de liquidez. Rosneft ha pedido abiertamente al Kremlin que le ayude a superar estos problemas de financiación con 40.000 millones de dólares de dinero del fondo público que respalda las pensiones de los jubilados rusos porque sin liquidez va a tener problemas para mantener sus operaciones.
En la nueva andanada de sanciones que está ya en la imprenta del diario oficial de las Comunidades Europeas a la espera de la orden de que sea incluido en la publicación se había dado el gran paso de incluir a la poderosa Gazprom en la lista, para cerrarle también las vías de financiación en occidente.
El paso, con el horizonte del invierno acercándose, es una de las grandes «balas de plata» que se reserva la Comisión para hacer entender a Moscú que la cosa va en serio. Gazprom es una de las principales fuentes de financiación del estado ruso, pero a su vez depende de sus clientes en Europa Occidental. Vladimir Putin apareció la semana pasada en la inauguración de un nuevo gasoducto con el que pretende llevar el precioso gas siberiano hasta el ávido mercado chino, lo que rompería su dependencia de los mercados occidentales. Este proyecto no estará listo antes de una década, sin embargo, en Europa, desde antes del estallido de la crisis se han puesto en marcha sistemas de trasferencia reversible en varios tramos estratégicos, de forma que incluso en caso de que Rusia le cortase el gas a Ucrania, con las reservas acumuladas se podría abastecer parcialmente a este país desde Eslovaquia.
Los analistas comunitarios, sin embargo, creen que hay pocas posibilidades de que Rusia interrumpa el suminsitro de gas en invierno. «Algunos podríamos pasar frío, pero más frío pasaría Putin viendo las cuentas del Estado» decía este viernes un diplomático europeo. En realidad, a pesar de toda la tensión, las conversaciones entre el comisario de energía, el alemán Gunter Oettiger, y sus homólogos ruso y ucraniano no se han interrumpido por el sonido de las balas y los cañonazos. Los contratos que garantizan el suministro energético son también la última tabla de salvación para Putin y cuanto más arrecian las sanciones, más necesario se le hace seguir contando con los ingresos que le proporcionan sus clientes europeos.
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