muere emilio botín
Banquero y español
Rodrigo Echenique, presidente de Vocento y consejero de Grupo Santander, dedica La Tercera de ABC al gran empresario: «Nos dejó muchas lecciones sobre el empeño personal, la constancia, la seguridad en lo que haces y la capacidad de crear equipos y liderarlos»
Emilio Botín ha sido el perfecto ejemplo del gregario que se salió de la manada y, a partir de entonces, marchó siempre por delante. Tuvo la suerte de suceder a su padre al frente del «Banco de Santander» hace 35 años, cuando la entidad cántabra ... era el séptimo banco del ranking español -en un tiempo en que se hablaba de los «Siete Grandes»-. Es decir, de los relevantes a escala nacional era el menor. A lo largo de todos estos años ha logrado la hazaña empresarial de convertir ese banco en el primero de España, el primero de la eurozona, el undécimo del mundo por capitalización bursátil y una de las instituciones financieras más importantes del mundo. De ella viven las familias de sus 190.000 empleados repartidos por veinte países del mundo, además de 3,3 millones de accionistas que han confiado sus ahorros a este banco y que regularmente han recibido unos dividendos que hacen al Santander uno de los bancos más rentables del mundo para el accionista, y que cuenta hoy con 107 millones de clientes atendidos a través de casi 14.000 oficinas.
Esta tarea la llevó a cabo con un ánimo siempre entusiasta, una disposición valiente y una visión innovadora; con un instinto innato, despierto y alerta para el negocio y una sutil intuición para ventear riesgos y oportunidades. Su apuesta internacional, paradigma del empresariado español, es un ejemplo de orientación estratégica y de confianza en la capacidad de nuestro país. Escuchaba, escuchaba mucho, en mi caso debo decir que discutíamos con la misma frecuencia y ardor que cordialidad, y al final decidía sobre los fundamentos de una opinión que sorprendentemente resultaba común. A ello añadía una exquisita atención al detalle.
Un detalle bastante singular de esta transformación es que Botín consiguió hacer eso con el Santander sin que nunca jamás diera un paso para que dejase de ser un banco santanderino y español. Un gran número de las reuniones del banco, sus comités y consejos de administración se seguían celebrando en Santander y allí ha permanecido la sede social en todo momento. Porque cuando hubo fusiones con otras organizaciones Santander no era negociable. Y el crecimiento fuera de España se ha hecho a base de ir comprando, por lo que la casa matriz estaba siempre clara.
A Santander y a Cantabria orientó Emilio Botín muchos de sus esfuerzos. Recibió la Fundación Marcelino Botín y la convirtió, tal y como había querido su creador, en un motor de apoyo a todas las iniciativas sociales y culturales de la región. Gestionó su patrimonio de manera insuperable e hizo notables aportaciones de su propio bolsillo, hasta el punto de que se vio obligado a ampliar los horizontes de la hogaño Fundación Botín para poder canalizar su enorme capital en otras partes de España con una intensa actividad en el ámbito universitario y científico, tanto español como iberoamericano. Pero eso no era óbice para que el objetivo primordial siguiera siendo ese mismo: Santander. Y en una atrevida apuesta, con el apoyo de todas las instituciones locales, hoy se está terminando de construir sobre las aguas de la bahía de Santander el Centro Botín. Un espectacular emporio cultural único en sus características en nuestro país: creado exclusivamente por la iniciativa privada y con un capital suficiente para ser mantenido por el esfuerzo particular.
Como banquero y como español quiso entenderse siempre con el Gobierno de la nación. Sabía bien lo difícil que es hacer banca a la contra. Pero también sabía que era fundamental que España fuese bien para que el banco pudiera ir bien. Y ahí prestó su consejo e intentó hacer de abanderado mundial de la causa española.
Como banquero fue un hombre carismático, que hacía creer a los demás aquello en lo que él creía. Tenía una gran capacidad de arrastre en sus equipos. Y sobre la base de esa fuerza de seducción consiguió transformar el sistema bancario español. Dio pasos atrevidos que solo lo eran porque teníamos un sistema que necesitaba ser modernizado, que era ajeno a lo que estaba sucediendo en la realidad de la banca mundial. Y si él no hubiera contribuido a modernizar nuestro sistema bancario como lo hizo, probablemente lo que hoy llamamos «sistema bancario español» no sería tan español como lo es. Lejos queda el lanzamiento de la «supercuenta» hoy introducida en muchos mercados. «Nos criticarán -me decía-, pero al final nos lo van a agradecer».
Emilio Botín apostó siempre por las siguientes generaciones y la formación. Él había estudiado en Deusto y era consciente del valor de la buena formación. Por eso hizo un empeño personal de la creación de Universia, la gran red universitaria de Latinoamérica. En ella se ha conseguido integrar a 1.262 universidades de 23 países y los principales centros de investigación, lo que representa a más de 16 millones de alumnos. Es difícil encontrar no ya en la banca mundial, sino en cualquier otra organización empresarial, iniciativas como esta debidas a una inspiración personal y comprometida, que además enraízan todavía más al Santander en Hispanoamérica, que fue el primer destino exterior del Santander cuando lo presidía el padre del presidente ahora fallecido.
Emilio Botín es, y será siempre ya, una referencia de la banca española y europea. Nos dejó muchas lecciones sobre el empeño personal, la constancia, la seguridad en lo que haces y la capacidad de crear equipos y liderarlos. Su ausencia genera un reto: el de que España sea capaz de crear otros líderes como Emilio Botín.
Noticias relacionadas
- Muere Emilio Botín, presidente del Banco Santander
- Emilio Botín, artífice de la revolución bancaria española
- Emilio Botín, entre los diez banqueros más influyentes del mundo
- Tras la sombra de un gigante
- Ana Patricia Botín, una trayectoria profesional encaminada a heredar un legado bancario
- La última cena con Botín
- Ana Patricia Botín presidirá su primera junta de accionistas el próximo lunes
- El banquero que descansaba trabajando
- Cantabria, entre el pesar y la gratitud
- Emilio Botín, el banquero con sentido de Estado que siempre confió en España
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete