muere emilio botín
La última cena con Botín
La redactora jefe de Economía de ABC recuerda el encuentro que mantuvo con el presidente del Santander la semana pasada
Viernes 5 de septiembre de 2014. Milán. 20.40 horas de la tarde. Botín se reúne con ocho periodistas de la prensa escrita española, económica y generalista, entre ellos ABC. El presidente del Santander transmitía fuerza y optimismo, nada que hiciera presagiar que cuatro días después la muerte llamaría a su puerta ... .
Con pantalón rojo corporativo, camisa blanca con insignia del grupo Santander y chaqueta azul marino, el presidente del banco más grande de España y uno de los principales del mundo, compartió con los periodistas, primero de pie, con una copa de vino tinto en la mano, y después en una cena alrededor de una mesa redonda, sus inquietudes sobre la situación económica y política de España, el momento por el que atraviesa el sector financiero y las buenas perspectivas para su banco.
Emilio Botín, a sus 79 años, venía de jugar un partido de fútbol benéfico organizado por Fiat. Nos enseñó orgulloso varias fotos del mismo y su pequeña decepción por haber fallado un penalti «pese a tener ensayada la jugada».
Reunión incluso en domingo
No era, sin embargo, el fútbol su principal pasión . Le gustaba más jugar al golf y caminar, deportes que no requerían tanto esfuerzo físico.
A las siete de la mañana ya estaba en las oficinas del SantanderSe cuidaba, cuentan sus allegados, pero era un hombre totalmente entregado al banco. A las siete de la mañana ya estaba en las oficinas del Santander, en Boadilla del Monte, en Madrid. Despachaba cada día con el equipo directivo de la entidad financiera, e incluso trabajaba y hacía trabajar a los más cercanos los domingos por la tarde.
No le gustaba hablar de su sucesión, pero el pasado viernes no pudo evitar la pregunta. «Queda mucho para eso, 20 ó 30 años» comentó Botín con cierta ironía. Decía que su equipo era magnífico y que el engranaje del banco estaba perfectamente preparado para funcionar sin él. Pero no tenía ninguna prisa por dejar la Presidencia.
Emilio Botín era muy optimista sobre la situación de España y los avances logrados en estos dos últimos años. Sus últimas declaraciones en público al respecto le valieron más de una crítica. Fue uno de los primeros en destacar la mejoría de la economía española y el apetito inversor. Y el tiempo le dio la razón. Bill Gates, George Soros y otros grandes inversores internacionales que compraron participaciones empresariales en España confirmaron sus augurios.
Apetito inversor
«Soy más optimista que vosotros»El pasado viernes repetía sus argumentos sobre la mejora de la economía española e incluso se sorprendía del tono algo más pesimista de los periodistas que compartíamos su mesa. «Soy más optimista que vosotros», comentó en algún momento de la cena. Emilio Botín recordaba casi con angustia los momentos que vivió España hace apenas dos años, con los mercados prácticamente cerrados a nuestro país y unos costes de financiación imposibles de soportar. Reconoció, incluso, que él fue uno de los empresarios que aconsejó a Rajoy que pidiera el rescate para España. Pero ahora aplaudía la decisión del presidente del Gobierno de no hacerlo. A su juicio, los hechos han demostrado que hizo bien en no pedir esa ayuda.
Hace dos años, explicaba Botín, uno casi tenía que esconder en el extranjero que era español, ahora todo son aplausos, y los inversores quieren tienen mucho interés por venir a España. Hemos hecho los deberes y las cosas están empezando a funcionar, aunque, por su puesto, todavía hay mucho desempleo y un largo camino por recorrer, argumentaba el fallecido presidente del Santander.
También tuvo palabras de elogio para el ministro de Economía, Luis de Guindos, y la reforma del sector financiero, aunque en algún momento las exigencias de provisiones le hubieran parecido excesivas o la regulación demasiado dura. «Ya veréis que bien salimos en los próximos test de estrés europeos», comentaba. E incluso se refirió a la buena gestión del recién estrenado presidente de la Asociación Española de Banca, José María Roldán, que «lo está haciendo muy bien».
Su mayor preocupación sobre el futuro de España estaba en la fragmentación política que se está produciendo en el conjunto del país, con el nacimiento de partidos radicales, con un discurso muy atractivo, pero con propuestas inviables. Defendía la necesidad de que los dos grandes partidos, PP y PSOE, se fortalezcan e incluso se unan, si es necesario, para garantizar la gobernabilidad de España tras las próximas elecciones generales.
Futuro de Cataluña
Cercano y carismático en el cuerpo a cuerpoEl futuro de Cataluña fue otro de los temas de conversación. Emilio Botín era uno de los muchos empresarios españoles y catalanes que está convencido del enorme daño que le haría a la economía y al empresariado una ruptura entre Cataluña y España. Es un tema por el que no le preguntan fuera, según dijo, probablemente porque los inversores internacionales no lo consideran una opción. También en este asunto estaba preocupado por un futuro escenario con los partidos más radicales e independentistas dirigiendo la Generalitat, un escenario que, en su opinión, habría que intentar evitar.
Tras más de dos horas y media de conversación Emilio Botín, entrañable, cercano y carismático en el cuerpo a cuerpo, daba por concluido el que, sin saberlo, sería su último encuentro con los medios de comunicación.
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