China multiplica por siete la inversión en nuevos proyectos en España

Según el estudio «Inversión China en Europa 2014», elaborado por ESADEgeo (Centro de Economía Global y Geopolítica de la escuela de negocios ESADE) , en colaboración con KPMG, Cuatrecasas y Goçalves Pereira, el número de empresas procedentes del gigante asiático en nuestro país (60) es todavía residual si se compara con las 12.000 compañías extranjeras que operan en España. Y aunque la inversión directa china en nuestro territorio supone solo un 0,67% del total recibido por la UE, el incremento experimentado en los dos últimos años permite pensar que el margen de crecimiento es grande.

La inversión china en la UE se ha llevado a cabo mediante la combinación de operaciones de adquisición de mayor o menor tamaño -como la compra de la sueca Volvo por Geely , primer fabricante independiente de automóviles en la República Popular de China-, con más de 700 operaciones greenfield (pioneras) de nueva inversión.

Estas últimas van desde la apertura de oficinas bancarias por parte del Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) o del Bank of China, a la instalación de plantas solares , como las realizadas por el productor de paneles fotovoltaicos chino, Suntech Power, pasando por operaciones logísticas, como las llevadas a cabo por las multinacionales Hutchinson o COSCO; y por loscentros de I+D , como los desarrollados por las tecnológicas ZTE o Huawei.

Los datos de abril del Observatorio ESADE China Europe , del que se hace eco este estudio, indican que la mayoría de las empresas operan en la parte alta de la cadena de valor y sectores de elevado contenido tecnológico como el energético -con ocho organizaciones, entre las que destacan Sinovel Wind, Sunford Light-, las tecnologías de la información -con Huawei ZTE y Lenevo, entre otras-, y el transporte y la logística -con COSCO y Hutchington Port Holdings-. También es relevante la presencia de compañías chinas en el sector bancario , el industrial y, poco a poco, también en el hotelero y el agroalimentario.

«Son sectores que se consideran estratégicos», explicó durante la presentación del estudio Ivana Casaburi, directora del Esade China Europe Club. Y esa característica, añadió la experta, hace que surjan en algunas ocasiones barreras gubernamentales para intentar frenar estas operaciones.

Una gran parte de las empresas chinas ha llegado con la intención de abrir mercado , no solo dentro de España, sino también en otros países a los que es fácil acceder desde el nuestro. En su valoración tras el asentamiento, los empresarios chinos destacan «el buen clima de negocios español, la actitud y apertura hacia China -en concreto, hacia sus productos y empresas-, y el nivel de nuestras infraestructuras, sobre todo, puertos y carreteras. Apuntan, sin embargo, que los costes relativos al suelo son altos y los trámites burocráticos, excesivos», subraya el informe.

Como barrera de entrada, las empresas chinas reconocen que los grandes desafíos a los que se enfrentan son el reconocimiento de sus marcas (con una valoración de 3,7 sobre 5), la comprensión del mercado local (3,5), la claridad de la regulación (3,5), la gestión de los Recursos Humanos (3,2) y las prácticas de negocio (3,1).

La globalización de la empresa es una de las seis prioridades recogidas en el último Plan quinquenal del Gobierno de Pekín (2011-2015), aunque el plan «Go Global» es ya una vieja aspiración del país nipón que se remonta al año 2001. «Hay pocas empresas chinas globales, pero están llegando a Europa con mucha rapidez y cuentan además con el fuerte apoyo de su Gobierno», destacó Casaburi.

Javier Solana, presidente de ESADEgeo, insistió en la misma idea al afirmar que «China sigue creciendo con una vitalidad económica que impresiona». «Mi percepción -continuó refiriéndose a su último viaje- es que se van a reforzar aún más los lazos» entre ambas potencias mundiales, China y Europa.

En cuanto a las diferencias entre un directivo, socio o consejero chino y otro formado bajo un patrón anglosajón es algo a lo que los empleados europeos tendrán que acostumbrase. «El estilo de dirección empresarial en China tiende a ser más jerárquico que en Occidente. Los subordinados no suelen cuestionar las decisiones tomadas por los superiores, ya que podría considerarse como una falta de respeto y un ataque contra la reputación del superior», apuntó David Höhn , socio de la práctica china de KPMG.

«En China -comparó-, los ejecutivos son vistos como una figura paterna que espera recibir lealtad y obediencia por parte de sus colaboradores. Les gusta estar involucrados directamente en todos los asuntos del día a día y trabajar sobre el terreno para no perder detalle. A su vez, se espera de ellos que consideren como parte esencial de su trabajo el cuidado del bienestar personal de sus trabajadores dedicando gran parte de su tiempo a ello».