Fernando Burgaz: «La industria de la alimentación tiene que ganar tamaño»

El director general de Alimentación considera que el futuro del sector pasa por potenciar su internacionalización

Fernando Burgaz: «La industria de la alimentación tiene que ganar tamaño» josé ramón ladra

maribel núñez

Fernando Burgaz, director general de Alimentación del Ministerio de Agricultura, es optimista respecto al futuro de esta industria. Considera que el plan estratégico que ha puesto en marcha es vital para ganar en tamaño, «uno de los grandes problemas históricos de este sector», y dar ... el gran salto al exterior ante el agotamiento del mercado español.

–¿Qué opinión le merece el marco estratégico que ha puesto en marcha la industria alimentaria para adaptarse a los retos de futuro?

–Es una buena idea. Desde el Gobierno hemos ido aprobando normas durante todos estos meses para ayudar al sector, como fue el caso de la Ley de la Cadena Alimentaria donde se ha dado más poder a las cooperativas. Ahora la patronal de este sector, la Federación de la Industria de la Alimentación y las Bebidas (FIAB) se ha hecho una especie de examen a sí misma para detectar los puntos débiles que le impiden competir en un mercado cada vez más global y, de paso, mejorar en la eficiencia para crecer en valor y dar definitivamente el salto a la internacionalización.

Una de las cosas más importantes que tiene el plan es que va a intentar que el sector gane tamaño, en el sentido de que se creen empresas más grandes que sean capaces de competir fuera de nuestras fronteras con más músculo, uno de los principales déficits que tiene ahora. Y, de paso, poder hablar de tú a tú a otros grandes sectores, como es la distribución, que está muy concentrada. España es un país de mucha microempresa alimentaria.

–¿Por qué esta industria sigue tan atomizada cuando, efectivamente, para exportar el tamaño es un aspecto fundamental?

–La razón es histórica ya que durante muchos años las empresas estaban focalizadas en mercados locales, de modo que abastecían solo el entorno próximo y no se preocupaban de más.

–Y ahora han decidido salir fuera cuando la crisis ha empezado a apretar.

–Efectivamente, el sector ha tenido que salir al exterior. Tradicionalmente la industria no necesitaba tener un gran tamaño pero ahora se han dado cuenta de que con 29.000 empresas en el sector, de las que 59 facturan el 50% del total, no tienen músculo suficiente para salir al exterior. No se puede intentar llegar a China con un par de trailers al mes... se tiene que ser más grande para ese tipo de aventuras. El sector tiene que empezar a cambiar, y por eso el Gobierno aprobó el año pasado la Ley de la Cadena Alimentaria, en la que se hizo un esfuerzo muy importante precisamente para que los productores ganen en tamaño y puedan competir mejor en los mercados exteriores.

–¿Y ha tenido que llegar una crisis de la profundidad de la que nos azota desde 2008 para que este sector se dé cuenta de que parte de las soluciones para aumentar ventas y competitividad están fuera de nuestras fronteras?

–Pues sí. En 2012 se pusieron en marcha ya las líneas estratégicas para la internacionalización de la industria, lo que supone la coordinación entre distintas administraciones. Además, se crearon grupos de trabajo para crear sinergias entre distintos ministerios, de modo que se gane eficacia y se reduzcan costes.

–¿Y, fruto de estas sinergias que menciona, para cuándo un proyecto como el escaparate que tiene la alimentación italiana en el exterior, con una especie de gran almacén de varias plantas llamado «Eataly», con su correspondiente versión web, donde se puede comer y comprar cualquier producto italiano en Nueva York o en Chicago, que por tener tiene hasta el nombre original jugando con la palabra «comer» en inglés?

–Hay que reconocer que es una idea estupenda. Nosotros hacemos alguna cosa en ese campo bajo el paraguas de la «Marca España», desde la que vendemos de manera conjunta e integrada en ferias por todo el mundo pero, claro, no es lo mismo que este tipo de establecimientos en el centro de ciudades emblemáticas del mundo. Ahora lo que hemos puesto en marcha es una pestaña de internacionalización dentro de la web del Ministerio de Agricultura donde hemos volcado toda la información práctica para las empresas que quieran salir al exterior como datos sobre los certificados que se necesitan, las bases de información para los exportadores, los cursos de formación para el sector, etc.

–¿Qué sector dentro de la alimentación ha hecho mejor los deberes en cuanto a salir al exterior se refiere?

–Yo diría que el del vino.

- Lo celebro, porque todos nos acordamos del tren que perdimos con el aceite ya que, desgraciadamente, España sigue exportando aceite a granel que se embotella en otros países y es allí donde se queda el valor añadido del producto...

–Efectivamente y, además, la situación ha mejorado algo pero se sigue exportando mucho aceite a granel porque son las grandes cooperativas las que lo han decidido así.

–Pero, ¿por qué?

–Ahora mismo el 55% del aceite que produce nuestra industria sale embotellado y el 45% continúa saliendo en granel, sobre todo a Italia. Modificar esto no es fácil porque las cooperativas llevan funcionando así años y cambiar el sistema supondría alterar todo su sistema de funcionamiento y, de momento, no han tomado esta decisión.

–¿Y por qué el vino ha hecho las cosas de un modo tan diferente?

–Porque desde un principio han sabido distinguir el elemento básico que tienen en sus manos, el propio vino, y han querido distinguirlo de la competencia y darle su propio valor añadido.

–¿Qué peso tiene el vino en el total de la industria?

–Representa el 10% del total en valor, lo que no es mucho ya que por ejemplo el cárnico supone el 20,5%, aunque está muy fragmentado porque hay mucho producto local que, históricamente, se distribuía alrededor de los mataderos.

–¿Cómo ha funcionado el nuevo sistema de etiquetas para distinguir los distintos tipos de jamón serrano?

–Bien, aunque lleva en marcha solo desde el pasado 1 de marzo. Los productores que tenían jamones en las bodegas y que habían certificado su origen son los que han empezado a utilizar estos nuevos precintos que se ponen en las patas del jamón. Yo creo que pretende clarificar un sector donde había bastante confusión de cara al consumidor y, además, será muy útil de cara a la exportación.

–¿Cuál es la principal petición que hace el sector alimentario al Gobierno?

–Sobre todo quieren ayuda para salir al exterior ya que esta industria vende fuera tan sólo el 25% de lo que produce, por lo que hay mucho margen para crecer. Y, además, son conscientes de que cualquier crecimiento en ventas tiene que hacerse fuera de España ya que aquí no vamos a comer más, quizás en unos años podamos comer otras cosas pero no más. Máxime con las previsiones que hay de caída de la población por el envejecimiento de nuestra sociedad. La evolución del mercado interno será muy limitada en los próximos años.

–Póngame por favor un ejemplo de innovación que haya puesto en marcha esta industria recientemente.

–Quizás las bolsas de ensalada, de las que hay muchísimas variedades, y los asados precocinados de pavo o cordero, en los que viene la pieza entera y solo hay que calentarla.

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