La cúpula de Pescanova manipuló sus cuentas durante años

«Durante los últimos ejercicios se han diseñado y ejecutado prácticas contables cuyo objetivo era presentar una deuda financiera del grupo inferior a la real y, consecuentemente, una cifra de resultados superior a los realmente generados», concluye KPMG, según un comunicado enviado ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por el administrador concursal de la compañía , Deloitte.

El informe detalla el tipo de operaciones irregulares llevadas a cabo por la dirección de Pescanova. En concreto, KPMG advierte cómo la compañía formalizó créditos documentarios que no estaban respaldados por ninguna transacción real de mercancías. Es decir, solicitaba financiación a los bancos presentando como aval los ingresos que le generaría una operación –venta de productos de alimentación a una cadena de distribución, por ejemplo– que no existían . Del mismo modo, se han detectado líneas de « factoring » sin respaldo económico.

Sociedades pantalla

La multinacional generaba además financiación, y como ya había informado ABC , utilizando para ello sociedades interpuestas o pantalla, gracias a su entramado de un centenar de filiales internacionales controladas directa e indirectamente y repartidas por todo el mundo pero que dependían de la matriz, situada en Chapela (Pontevedra). De hecho, la deuda financiera de 3.281 millones destapada por KPMG , más de tres veces superior a los 1.533 que la empresa reconoció en septiembre de 2012, se encuentra precisamente en la matriz, Pescanova.

Todas estas prácticas, avisa KPMG, «pueden ser consideradas como irregulares desde un punto de vista contable y financiero». El auditor matiza además que « no fueron fortuitas, sino resultado de una planificación de forma consciente que se ha venido realizando durante varios años por parte de la dirección de Pescanova ».

Sobre quién habría diseñado y llevado a cabo esas prácticas, el informe «forensic», que KPMG entregó ayer a Deloitte, al consejo de administración del grupo y a la Audiencia Nacional, que investiga el caso, apunta que « existen indicios fundados de que determinadas personas de la cúpula directiva de Pescanova han instruido, ejecutado, llevado a cabo o conocido, en mayor o menor medida, dichas prácticas ».

Esa información complica aún más la situación judicial de Sousa y sus siete directivos más cercanos –entre ellos su hijo y su hermano–, todos ellos imputados por el juez Pablo Ruz , que ve en su gestión posibles delitos de falseamiento de información económica y financiera y de uso de información relevante, por la venta de acciones que hicieron antes de que en marzo Pescanova destapase su actual crisis y dejase de cotizar en Bolsa.

La CNMV , presidida por Elvira Rodríguez, también investiga las posibles irregularidades cometidas por Sousa y su equipo, que fueron apartados de la gestión después de que la compañía fuese declara en suspensión de pagos.

Deloitte, en su comunicado de ayer, en el que confía en poder sacar a Pescanova de la actual situación de concurso de acreedores, ya avanza que se reserva el derecho «a adoptar las medidas que resulten oportunas tras el análisis del informe, dando en su caso traslado a los órganos competentes».