Sousa dice que la CNMV «va de víctima para autoexculparse»

La defensa del presidente de Pescanova interpreta estas comunicaciones de la CNMV como «un cauce para la defensa y auto-exculpación de la Comisión y de sus responsables» y afirma que «esta estrategia pase por imputar a mi mandante irregularidades que claramente no se han producido», remarca el mismo comunicado. En el escrito de alegaciones se recuerda que el 11 de abril de 2013 se presentó una querella contra la presidenta de la CNMV, contra el presidente de Pescanova y otras personas.

Los responsables de la Comisión, «que habían mantenido hasta entonces una actitud de estrecha colaboración con los directivos de Pescanova, se apresuraron en pocos días a incoar varios expedientes sancionadores» contra Manuel Fernández Sousa y otros directivos de Pescanova «reprochándoles, entre otras cosas, una supuesta resistencia a la actuación inspectora».

El escrito de Fernández Sousa, con apoyo en 25 documentos adjuntos, argumenta que «en ningún caso existió negativa ni resistencia a la actuación supervisora de la Comisión y que todos los requerimientos fueron respondidos en tiempo y forma», incluyendo la información de que la deuda a finales de 2012 superaría los 3.000 millones de euros.

La defensa se pregunta si la iniciativa de la Comisión Nacional del Mercado de Valores tendría como verdadera finalidad la de «presentar ante el juzgado una fingida posición de víctima que pudiera facilitar su defensa y cargar sobre Pescanova y sus directivos la infracción añadida de haber evitado el control de la CNMV».

De igual modo, el comunicado explica que el presidente de Pescanova reconoció las discrepancias contables y contrató a KPMG para aclarar el estado de la deuda. En el escrito presentado por los abogados de la defensa, varios de los documentos recuerdan que las cuentas de 2012 estaban elaboradas y contaban con un primer informe favorable de la Auditora BDO, añade.

En lugar de someterlas a la aprobación y ante la situación de falta de liquidez de Pescanova, fue Manuel Fernández Sousa quien comunicó a la CNMV la decisión de no aprobar las cuentas de 2012 y, en su lugar, solicitar el preconcurso primero y el concurso voluntario después, señala la nota. Tiempo antes de que existiera información que apuntara en tal sentido, el presidente comunicó la existencia de «discrepancias que pudieran ser significativas entre la contabilidad y las cifras de deuda bancaria» y empeñó su esfuerzo en aclarar lo sucedido cuanto antes, según el comunicado.

Entre estas iniciativas, Manuel Fernández Sousa llevó al Consejo de Administración de Pescanova la decisión de contratar un informe forense a una empresa auditora independiente para esclarecer las cuentas de la compañía, recuperar el crédito y devolver la confianza a los mercados.

La contratación de la auditora KPMG se aprobó con el voto en contra de los consejeros que se han querellado contra Manuel Fernández Sousa, como Luxempart, Damm o Iberfomento, añade. El escrito se refiere, entre las razones que llevaron a Pescanova a la situación actual, «a la fuerte restricción del crédito que coincidió con la culminación de un ambicioso plan de expansión».

Esta situación «pudo llevar a la compañía y a su presidente a adoptar decisiones erróneas desde una óptica comercial y contable-financiera»; decisiones «que eran conocidas por las entidades financieras y que se tomaron en la confianza de que el crédito se recuperaría y las inversiones de Pescanova generarían valor a corto plazo», apostilla el mismo comunicado. «Todas las decisiones adoptadas lo fueron siempre con el único propósito de mantener la financiación de la compañía, conservar los 11.000 puestos de trabajo y seguir siendo una empresa viable y referente mundial en el sector», concluye.