La Reserva Federal no dio importancia a los primeros indicios de crisis en el 2007

En enero de ese año, Ben Bernanke desestimó los peores augurios para el sector inmobiliario y avaló previsiones económicas optimistas

La Reserva Federal no dio importancia a los primeros indicios de crisis en el 2007 agencias

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La Reserva Federal minimizó los primeros indicios de creciente riesgo en el sistema financiero estadounidense en 2007, poco antes de que estallase la crisis y se elevara la alerta al máximo nivel, de acuerdo con las últimas transcripciones desveladas por el banco central.

En las reuniones mantenidas en 2007, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, se aferró a un término medio cuando tuvo que dilucidar qué procedimiento seguir. En enero, Bernanke desestimó los peores augurios para el sector inmobiliario y avaló previsiones económicas optimistas para después en mayo dejar entrever que "había buenas razones básicas para pensar que el crecimiento se iba a moderar".

En la segunda mitad de 2007, Bernanke empezó a detectar una amenaza del contagio de inestabilidad a través de los mercados del sector de la vivienda a otros ámbitos económicos y financieros. Aún así, la Reserva Federal contemplaba en septiembre otorgar créditos a un interés más bajo a los bancos. "Como banco central, tenemos la responsabilidad de ayudar a los mercados que funcionen con normalidad y de promover la estabilidad económica, en términos generales", argumentó entonces Bernanke.

El presidente del banco central estadounidense, sin embargo, llegó a decir en septiembre que "no era su cometido rescatar a particulares o negocios". Meses después, la Administración estadounidense se vio abocada a pedir de urgencia el rescate de los grandes bancos Bear Stearns y AIG con fondos de la Reserva Federal.

Así pues, Bernanke fue, poco a poco, adoptando una posición más intervencionista, aunque rehuyó acentuarla en reiteradas ocasiones. A finales de año, la Reserva Federal inició una campaña para luchar contra el pánico desatado por la caída en recesión de la economía estadounidense, recortando los tipos de interés para acolchar el acuciante varapalo financiero propinado por los mercados.

El año 2007 fue el punto de inflexión que antecedió a la génesis de la crisis financiera y, asimismo, el preámbulo de una agresiva intervención de la Administración de George W. Bush y, posteriormente, de Barack Obama para acotarla, según ratifican las transcripciones que la Reserva Federal desvela cada cinco años.

La Reserva Federal no dio importancia a los primeros indicios de crisis en el 2007

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