Australia 0-2 Italia
Sinner barre a De Miñaur y hace campeona de la Copa Davis a Italia
Vence cómodamente el de Bolzano en dos mangas (3-6 y 0-6), confirma el 0-2 y provoca que su selección conquiste el título tras 47 años en el ostracismo
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Iniciar sesiónEl sábado bailó al que quizá sea el mejor jugador que jamás pisó una pista de tenis, a todo un Novak Djokovic, para clasificar a su Italia natal a la final de la Copa Davis. Y este domingo, haciendo gala de un tenis superlativo ... , el jovencísimo Jannik Sinner superó a Álex de Miñaur (3-6 y 0-6) en el Martín Carpena de Málaga para tumbar a Australia y conquistar el campeonato. 47 años después de su último título (y hasta este domingo, único), una meritoria Italia volvió a levantar una Davis.
La victoria de los mediterráneos comenzó a fraguarse pronto, en la sobremesa dominical, tras el sufrido triunfo de Matteo Arnaldi sobre Alexei Popyrin (5-7, 6-2 y 4-6). El partido, igualado, bonito, y dotado de un buen nivel tenístico a pesar de los nervios evidentes de ambos jugadores, tuvo que discernirse en el tercer y definitivo set. En él se hizo grande el tenista de San Remo, número 44 de la ATP, para romper el servicio del oceánico Popyrin en el ocaso del duelo y sumar el primer punto para los capitaneados por Filippo Volandri.
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Superado De Miñaur
Italia había sudado sangre para confirmar el 0-1, pero el esfuerzo de Arnaldi recompensaba gratamente a los suyos: los italianos sólo necesitaban un triunfo de su mejor hombre, Jannik Sinner, para ser campeones tras una eternidad en las sombras. La confianza en el de Bolzano era plena: había derrotado a Djokovic, su verdugo en la final de las ATP Finals, en una exhibición memorable para condenar a Serbia y, pese a ser Álex de Miñaur un excelente tenista, la exigencia era obviamente menor que ante el genio de Belgrado. En efecto, siguiendo los dogmas de la lógica, Sinner pisó el cemento malagueño y no dio ninguna opción al australiano. El número cuatro del mundo cerró el encuentro en dos simples mangas, sin sufrimiento alguno y con tiempo de sobra para celebrar una victoria, ciertamente, histórica.
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