Roland Garros
Nadal, más rápido que el viento
Sin desgaste en París, llega a cuartos en 7 horas y 19 minutos, solo más veloz en 2017. Por el camino se ha dejado 23 juegos
Nadal, en su duelo ante Korda
De paseo en paseo, casi sin inmutarse, Rafael Nadal aterriza intacto en la segunda semana de este peculiar Roland Garros , que ya es mucho dadas las circunstancias y las agoreras previas que dibujaban un escenario parecido al infierno, obviando que, a fin ... de cuentas, esto sigue siendo tenis y que en tierra batida no hay nadie tan fiero como el balear más allá del frío, las pelotas nuevas o el novedoso techo retráctil de la Philippe Chatrier .
En tiempo de castañas y bufanda, Nadal ha entendido las exigencias de este otoño parisino y hasta se podría decir que su adaptación ha sido estupenda, aunque tampoco sirve de mucho lo visto hasta el momento porque no ha tenido rivales de entidad, todo hay que decirlo. Sin embargo, puede que ahí radique su éxito, pues el campeón de 19 grandes ha despachado a sus contrincantes con una autoridad aplastante, más serio que brillante porque tampoco ha necesitado florituras.
Roland Garros, por norma, suele empezar para él en cuartos y ahí, después de abusar del voluntarioso Sebastian Korda en un domingo desapacible y de fuerte viento, asoma Jannik Sinner , otro chavalín de 19 años, pero con una planta magnífica (venció en cuatro mangas a Alexander Zverev) y que se estrena en París a lo grande. Precisamente Nadal, en 2005, fue el último debutante en superar las cuatro primeras rondas y ya se sabe cómo terminó de bien aquella historia.
Del partido de ayer de Nadal hay poco que contar, una victoria de tantas , otra para engordar la colección hasta las 97 que acumula en el Bois de Boulogne. Korda, más allá de ofrecer algo de oposición en el primer juego, acaba hipnotizado por su ídolo y lo mejor para él es precisamente haberse enfrentado al jugador que tanto venera, hasta el punto de pedirle la camiseta en plan futbolero al término de la lección con dedicatoria incluida.
Es el relato de un festivo inhóspito y muy frío, 12 grados y un viento que desluce cualquier espectáculo posible. «Las cosas siguen con un clima complicado. Pero cuando el torneo avanza mis sensaciones van a mejor, me siento con más confianza y eso se nota en los entrenamientos. Lo afronto con la máxima ilusión para encarar los cuartos de final», apunta Nadal, satisfecho porque avanza sin rasguños. «Ha sido una semana muy positiva, he ganado cuatro partidos sin sufrir mucho, el nivel de juego ha estado bastante bien. Pero viene una parte complicada del torneo, espero estar bien».
Efectivamente, la semana ha ido como la seda y el depósito de gasolina está lleno porque el mallorquín únicamente ha necesitado siete horas y 19 minutos para resolver sus cuatro primeras citas. Solo en 2017, con siete horas y dos minutos, fue más veloz el zurdo. Cabe pensar que Sinner, que le pega durísimo y con mucho criterio, exigirá mucho más. «Tiene un potencial increíble, está dando grandes pasos, cada día es mejor y mejor», resume Nadal. «Mueve la mano muy rápido, hace puntos increíbles. Nunca hemos jugado, pero sí hemos entrenado varias veces». Empieza lo serio.