Fred Perry, el último profeta en su tierra

Con una velocidad excepcional, su físico privilegiado le facilitaba tener un golpe de derecha potentísimo, que ayudaba a su débil revés, cortado el 90% de las veces.

Una estrella de la época con su propia estatua de bronce en Wimbledon, que no parece chocar con las estructuras tradicionalistas del All England Club. A Perry se le puede considerar de todo menos conservador. Sus romances fuera de la pista eran comentados por la prensa de todo el mundo siendo uno de los solteros más cotizados de la década de 1930. Se conoció su amorío con la actriz Marlene Dietrich , y su compromiso con la actriz británica Maria Lawson o sus siguientes matrimonios con Helen Vinson , Sandra Breaux , Lorena Walsh ... De actriz en actriz y de modelo en modelo, finalmente acabaría con Barbara Riese en 1952 con quien estaría hasta su muerte en 1995.

Este domingo, el joven Andy Murray , héroe local, busca hacerse con la final y acabar con el fantasma de Perry. Lleva tiempo siendo la esperanza de los británicos para poder volver a ganar en el césped londinense. A diferencia de Novak Djokovic , compañero de quinta, Murray aún no ha terminado de explotar, tras perder las tres finales de Grand Slam que ha jugado. Puede ser este su momento y empezar su propia leyenda, si Roger Federer se lo permite.