Djokovic, autopista libre hacia el cielo

Por edad y proyección, pocos dudan ya de que Djokovic está llamado a ser el mejor de la historia. Algo que tenía que confirmar el serbio, al que las lesiones de sus dos rivales de siempre le han allanado el camino. Roger Federer, cumplidos ya los 40, no parece una amenaza real para el número uno . Los días dorados del suizo parecen cada vez más lejos, sobre todo después de anunciar que pasaría por el quirófano por tercera vez en el último año y medio para solucionar sus problemas en la rodilla. Parece la intervención un intento por alargar su carrera buscando una última alegría, aunque no parece que esta pueda llegar en un gran torneo, por lo que el récord de Djokovic no corre peligro por esa parte.

Nadal, con 35 años cumplidos el pasado mes de junio, tiene más opciones de seguir sumando algún Grand Slam, aunque para ello debe dejar antes atrás esa lesión crónica del pie que le ha obligado a parar hasta 2022. El balear, siempre competitivo, volverá a brillar seguramente, aunque para entonces puede que Djokovic le lleve ya una ventaja que resulte insuperable . Por ahora, los tres continúan empatados a 20 Grand Slam, aunque en el horizonte aparezca ya el US Open para el que el número uno espera estar ya recuperado de los problemas con los que terminó los Juegos y que le impidieron estar en los Masters 1.000 de Toronto y de Cincinnati.

El serbio lleva un 2021 de récord, en el que ha ganado el Abierto de Australia, Roland Garros y Wimbledon . Solo los Juegos, de los que se fue de vacío, aparecen como una mancha en su hoja de servicios. Aun así, una victoria en Nueva York le permitiría sellar un año histórico y encaramarse a lo más alto del cielo tenístico.

Aunque aún no ha confirmado su presencia en el torneo americano, todo hace indicar que estará allí a partir del 30 de agosto. En su renuncia a Cincinnati, el serbio dejaba abierta la puerta del US Open, donde sabe que hay en juego mucho más que un nuevo grande. La posibilidad de alcanzar el Grand Slam –ganar los cuatro torneos más prestigiosos en un solo año– por primera vez en su carrera es un objetivo mayúsculo que no quiere dejar escapar. Hace 52 años que ningún tenista lo consigue –el último fue Rod Laver en 1969– y solo ha habido tres en toda la historia que puedan presumir de ese honor: Don Budge (1938), Maureen Connolly (1953) y el mencionado Laver (1962 y 1969) . También Margaret Court (1970) y Steffi Graf (1988) lo han conseguido en el circuito femenino (la alemana, además, logró esa temporada el oro en los Juegos de Seúl, siendo hasta ahora la única tenista en ostentar ese honor).

Con Nadal y Federer lejos de las pistas, el gran rival de Djokovic es él mismo . Si está a su nivel, nadie podrá frenarle en Nueva York, donde ha ganado en tres ocasiones, la última en 2018. No son buenos sus recuerdos de 2019, obligado a retirarse por una lesión en el hombro, ni de 2020, eliminado tras darle un pelotazo a una juez de línea en octavos de final. Para hacerle frente, estarán en Flushing Meadows toda la hornada de nuevos talentos que quieren alcanzar la gloria. Jugadores como Medvedev (actual número dos del mundo), Tsitsipas (3)o Zverev (5) . El alemán, que ya fue el verdugo de Djokovic en Tokio, quiere adornar su oro olímpico con su primer Grand Slam.

Obstáculos todos ellos en el camino hacia el cielo de Djokovic . Una senda en la que no están Nadal y Federer, centrados en una recuperación que mira hacia 2022.