Un inagotable Rublev supera a Bautista y suma el primer punto para Rusia

Y eso que Bautista calentó al público con sus reveses profundos y variados, casi un calco el uno del siguiente , y aguantó el tirón de un Andrey Rublev con pasión, carácter y estilo, pero que se quedó a milímetros de algo mayor en el primer set: una cinta más alta, una derecha más larga. Contenido el español al otro lado del campo hasta que dio el estirón con la rotura en el cuarto juego. Desatada la euforia porque España siempre tiene ganas de celebrar, a ritmo de «Paquito el chocolatero» o de Raphael.

Bautista, todo calma ante la explosividad de Rublev , tuvo que solucionar más de un contratiempo en esa primera manga de 41 minutos, atosigado por la fuerza de los drives del ruso, 22 años de puro músculo, 23 del mundo y con mucho que ofrecer cuando asiente la mentalidad. Hasta cuatro bolas de break levantó con aparente tranquilidad el de Castellón de la Plana, un robot en ese intercambio de 30 golpes y todavía mejor en ese otro intercambio de 47, casi todos reveses , que levantó a un Nadal enfervorizado en la banda. Tanto como para erigirse en capitán, más explicaciones en los intercambios que los de Sergi Bruguera, mudo a su lado ante las explicaciones del número 1.

Pero el esfuerzo de aguantar la presión llegó de golpe en el segundo set. Incapaz esta vez Bautista de llegar a la estrategia directa y sin remordimientos del ruso. Palo va, palo viene , en el octavo juego sorteó el peligro en tres ocasiones, pero no pudo en la cuarta, miedo atenazado en la mano y una tercera manga definitiva para postre de este festival de tenis en el que se convirtió este primer partido de España.

La entrega de ambos derivó en un inicio de tercer parcial atípico, extraño, con golpes extraordinarios pero fallos también de relumbrón. Incapaz ninguno de los dos de aguantar su servicio en las cinco primeras ocasiones. El desgaste lo pagaron ambos, batalla tremenda que se fue más allá de las dos horas y media. A Bautista se le apagaron las fuerzas, piernas sin energía para llegar a los envites del ruso; pero también a este se le quemó la chispa, acalambrado el muslo izquierdo.

«Aguanta, aguanta», chillaba Bruguera sobre las bocinas, cada vez más entusiastas para alentar al español. «Aguanta», repetían los compañeros cuando el set ya miraba hacia el tie break, agotado Bautista, rojo su rostro de cansancio, respeto y orgullo . Fundido el español, imposible reprocharle la entrega, los rusos impulsaron a Rublev, 22 años de físico todavía limpio, que supo apretar los dientes en el momento definitivo en un tie break que gobernó de palo en palo: 7-0 inapelable y tiempo para Rafa Nadal , para levantar una eliminatoria que Bruguera presagiaba muy difícil. No tienen a Daniil Medvedev, pero sí a un Andrey Rublev inagotable.