Nadal, un verano para olvidar

Son ya ocho los grandes que se ha perdido Nadal por problemas físicos, limitado esta vez por una desinserción de la vaina del cubital posterior de la muñeca derecha. Se ejercitó con una férula para apurar sus opciones y cuando se la quitó se dio cuenta de inmediato de que no sería posible, adiós al US Open.

Es un mazazo porque es un Grand Slam que se le ha dado muy bien en los últimos cursos. Ha llegado a la final tres años de forma consecutiva y defendía título después del soberbio torneo de 2013, encumbrado en aquella batalla fantástica contra Novak Djokovic. Pero la realidad es que deja de ser campeón antes de que empiece la cita y pierde 2.000 puntos, una sangría.

En total, se le han escapado 4.000 de su mochila en esta gira americana por el asfalto y queda prácticamente descartado en la pelea por el número uno. Es más, Roger Federer puede arrebatarle la segunda plaza ahora que el suizo vuelve a gustarse y es uno de los máximos candidatos en Nueva York.

Ahora sólo le queda pensar en la recuperación y el calendario le indica que hay Copa Davis del 12 al 14 de septiembre, una incomodísima eliminatoria en Sao Paulo contra Brasil con la permanencia en juego. Es dudosa la presencia de Nadal, que luego tiene Pekín, Shanghái, Basilea, París-Bercy y la Copa de Maestros en el tramo final de un año de vaivenes.